|
Encuentros Diarios
Marzo 11, 2022
Mira al entrenador
"A las montañas levanto mis
ojos; ¿de dónde ha de venir mi ayuda? Mi ayuda proviene del Señor, creador del
cielo y de la tierra."1
Un joven hizo el tiro ganador del juego en su juego de baloncesto de la
escuela secundaria con 5 segundos restantes en el reloj. Su corazón latía con
emoción cuando vio que la pelota se deslizaba a través de la red. Pero
su emoción se convirtió en confusión, cuando en lugar de vítores, escuchó los
abucheos enojados de su equipo resonar en la cancha. ¡Pronto se dio cuenta de
que su tiro ganador había sido anotado en la canasta equivocada y acababa de
ganar el juego para el otro equipo! Lo que podría haber sido su momento más
memorable, rápidamente se convirtió en su momento más vergonzoso. Puedes
imaginar la angustia que sintió este joven atleta mientras miraba a su
entrenador y observaba cómo su líder colgaba su cabeza decepcionado.
Muchas veces, nosotros, como cristianos, nos sentimos abrumados por
"el Juego". Nuestras vidas se vuelven ocupadas con la rutina diaria.
Nos quedamos atrapados en nuestro trabajo y nos concentramos en cumplir con los
plazos o citas. Nuestras agendas se llenan, y muy pronto estamos confiando en
nuestra propia fuerza para superar el juego. Terminamos decepcionando a nuestro
equipo (nuestra familia), y nuestro entrenador (Dios) espera pacientemente para
ver cuándo nos dirigiremos a Él en busca de guía. A medida que continuamos en este
camino, nos encontramos volviéndonos de mal genio con nuestros hijos o cónyuge.
Nuestro tiempo se limita a nuestras propias necesidades, y en cierto modo,
terminamos anotando para el otro equipo. Evitamos tomarnos un momento para
mirar a "el Entrenador", por temor a que encontremos a Dios colgando su
cabeza decepcionado.
Pero Dios es un Entrenador amoroso, que está esperando que vengamos a Él
y le digamos: "¡Señor, guíame!" Él quiere mostrarnos el plan de juego
y ayudarnos a tener éxito. No te dejes abrumar por el ajetreo del juego de la
vida. Tómese un momento para tomar la dirección del Entrenador y ver toda la
bendición que Dios tiene reservada para usted. Tómese un minuto para mirar a su
equipo familiar en busca de aliento y cuando esté disparando el tiro ganador,
¡estará seguro de que es para el equipo de Dios!
Oración sugerida:
Querido Señor, gracias por tu paciencia conmigo. Puedo estar tan
envuelto en mí mismo y en mis proyectos, sintiéndome orgulloso mientras hago
todo con mis propias fuerzas. De repente, descubro que mi error no fue buscar
orientación de Ti y termino decepcionando a los más cercanos a mí. Ayúdame a
mirarte y confiar en tu fuerza para ser mi guía. En el nombre de Jesús, Amén.
Salmos 121:1.
|
|