Encuentros Diarios
Abril 05, 2022
Dichosos los pobres en espíritu
"Dichosos los pobres en espíritu, porque el reino de los cielos les
pertenece.”1
En los próximos días, hablaremos de los ocho rasgos de carácter comúnmente
conocidos como "Las Bienaventuranzas". Esta fue la introducción al
Sermón del Monte de Jesús y realmente identifica el corazón de Dios para
nosotros. Jesús repite el término "Bienaventurados o Dichosos..."
ocho veces consecutivas, lo que enfatiza la importancia de adoptar estos rasgos
de carácter para encontrar la plenitud en Cristo. Junto con la bendición de
poseer cada rasgo de carácter, viene una promesa. La promesa de hoy es que el
reino de los cielos será nuestro si somos pobres en espíritu. Pero ¿qué
significa esto exactamente? ¿Por qué es "pobre de espíritu" algo que
Dios quiere que seamos?
Ser pobres en espíritu es entender nuestra gran necesidad de Cristo. Es
admitir que, debido al pecado, somos completamente pobres espiritualmente y no
tenemos la capacidad de salvarnos de nuestra situación desesperada. Es aceptar
el hecho de que nadie puede venir al Padre excepto a través de Jesús (Juan
14:6). En el pasaje de hoy, Jesús quiere
que entendamos que no importa nuestro estatus en la vida, todos tenemos un
vacío que sólo puede ser llenado por Él.
Una vez que reconocemos y admitimos nuestra pobreza espiritual y
necesidad de Cristo, Dios nos ofrece la salvación (el reino de los cielos) como
un regalo, a través del sacrificio de Jesús en la cruz. Su sacrificio
proporcionó el pago completo por nuestros pecados. No hay nada que podamos hacer para hacernos
dignos de esto. La salvación es por gracia a través de la fe, no por obras,
para que nadie pueda jactarse (Efesios 2:8-9).
¡La realidad del amor de Jesús por nosotros me deja asombrada! El hecho
de que este asombroso e incomparable regalo de la Salvación sea gratuito y esté
disponible para cualquiera está más allá de mi comprensión humana.
Desafortunadamente, hay algunos que permiten que su orgullo y autosuficiencia
se interpongan en el camino de experimentar este regalo por sí mismos. Amigo
mío, se necesita valor para admitir que necesitamos a Dios, porque cuando lo
hacemos, la paz, el gozo y la plenitud que recibimos no se parecen a nada más
que hayamos experimentado. No esperes para aceptar este regalo incomparable.
Oración sugerida: Querido Dios, tu amor incondicional nunca deja de
sorprenderme. Pensar que Jesús dio Su vida para que yo pudiera ser libre de la
pena del pecado es un regalo más allá de mi entendimiento. Admito mi gran
necesidad de ti y me doy cuenta de que no hay nada que pueda hacer para merecer
el cielo por mi cuenta. Gracias por
invitarme a Tu familia. Gracias por la gran bendición y el privilegio de vivir
la vida contigo. Gracias al sacrificio de Jesús en la cruz, sé que pasaré la
eternidad contigo en el cielo. Agradecidamente, en el nombre de Jesús, Amén.
Mateo 5:3 (NVI).
El Encuentro de hoy fue escrito por: Crystal B.
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