Encuentros Diarios
Abril 06, 2022
Dichosos los que lloran
"Dichosos los que lloran, porque serán
consolados."1
El primer paso de una vida bendecida según el
Encuentro de ayer es reconocer que somos pobres en espíritu, que tenemos una
profunda necesidad en nuestras vidas causada por el pecado, por lo que
necesitamos a nuestro Salvador. El segundo paso para una vida bendecida es
llorar por el pecado. Esto puede parecer irracional para el mundo, porque ¿cómo
podría el duelo conducir a una vida bendecida?
El término luto significa "experimentar un
profundo dolor". En Mateo 5, Jesús tiene un tema de bendición espiritual y
aquí parece indicar que este luto se debe al dolor por el pecado. Vivimos en un
mundo caído y hay, o debería haber, un profundo sentido de duelo debido al
pecado, el dolor y el sufrimiento en el mundo. Uno de los problemas es que
muchos se han vuelto insensibles a los problemas que nos rodean. Tal vez sea
porque la televisión, las redes sociales e Internet en general se han
convertido en una distracción. Tal vez hemos visto tantos comerciales o
escuchado anuncios de radio recaudando fondos para ciertas causas, que hemos
aprendido a "ignorarlos".
En la Biblia encontramos a Jeremías, quien era
conocido como el profeta llorón. Él fue uno de los únicos que literalmente lloró por el
pecado persistente y la destrucción venidera a causa de ese pecado. Jeremías
9:1 dice: "¡Ojalá mi cabeza fuera un manantial, y mis ojos una fuente de lágrimas,
para llorar de día y de noche por los muertos de mi pueblo!" Nuestro Señor también lloró
por este mundo. En la Biblia nunca leemos que Jesús se rió, pero sí leemos que
Jesús lloró en al menos dos ocasiones. Lloró con María y Marta por la muerte de
Lázaro, y lloró por Jerusalén porque eligieron quedarse en su condición perdida
y rechazaron la oportunidad de experimentar su paz. Jesús lloró por las
consecuencias que sufrirían porque lo rechazaron (Lucas 19:41-44).
El pecado del que leemos en los días bíblicos sigue
siendo el mismo hoy en día. Al igual que el pueblo de Jerusalén sufrió porque
rechazó a Jesús, muchas personas a nuestro alrededor sufrirán si no llegan a
conocer y aceptar al Salvador. ¿Lloramos por las cosas que hicieron llorar a
Jesús? ¿Nos sentimos movidos a la acción cuando vemos el sufrimiento y el dolor
a nuestro alrededor? Tenemos la responsabilidad urgente de
compartir las Buenas Nuevas con nuestro mundo perdido. No tenemos el lujo de
esperar en un estado de comodidad y negligencia pensando que alguien más hará
la obra que Dios ha puesto ante nosotros. La promesa en el pasaje de hoy es que
seremos consolados. Jesús nos dejó Su Espíritu Santo que será nuestro
consolador durante los buenos y malos momentos de la vida, y este es el Consolador
que quiere vivir en los corazones de los perdidos en este mundo roto.
Oración sugerida: Querido Dios, perdóname por las
veces que me he distraído y perdido el enfoque de lo que es importante para ti.
Ayúdame a ser consciente de la necesidad que me rodea y entrar en acción cada
vez que me des la oportunidad. Gracias por la bendición que viene de tener tu
Espíritu Santo para consolarme. Úsame para alcanzar a tantos como sea posible
con tus Buenas Nuevas. Gracias por escuchar y contestar mi oración. En el
nombre de Jesús, amén.
Mateo
5:4 (NVI).
El Encuentro de hoy fue escrito por: Crystal B.
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