|
Encuentros Diarios
Abril 27, 2022
Dios promete estar conmigo
"Así que no temas, porque yo
estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te
ayudare; te sostendré con mi diestra victoriosa."1
Es un corto paseo al parque desde mi casa, lo que mis
hijos y sus primos han hecho muchas veces antes. Esta vez, teníamos a mi
sobrina, de casi dos años, con nosotros. Ella anhela mantenerse al par con los
niños grandes, y hoy no fue diferente. Mientras caminaban, ella también quería
caminar; se subieron a los columpios, ella quería columpiarse; se bajaron por el
tobogán, por lo que ella también quiso probarlo. Sin embargo, antes de dominar
cada hazaña, tenía el miedo suficiente para mantenerla cautelosa. Mientras
caminábamos, ella buscó la seguridad de mi mano antes de dar valientemente esos
pasos. En el columpio, ella agarró mis dedos mientras se acostumbraba a la
novedad del viaje. Ella desafió la caminata hasta el tobogán, pero se aferró
fuertemente a mi mano hasta que estuvo lista para deslizar. Y mientras
observaba cada movimiento, ¡el Señor me estaba enseñando una gran lección!
El diccionario describe el miedo como una
emoción inducida por el peligro o la amenaza percibida. Mi sobrina tenía
suficiente miedo como para mantenerla aferrada a mi mano, en la que encontró su
valor y su fuerza. Sabía que estaba a salvo siempre y cuando se aferrara con
fuerza. Así es precisamente como Dios quiere que nos acerquemos a Él. Él dice: 'No
tengas miedo, estoy aquí. Yo seré tu fuerza; ¡Te ayudaré, solo aférrate a mi
mano!' ¡Qué promesa tan alentadora! Enfrentar los obstáculos de esta vida puede
hacer que sintamos miedo, pero no tenemos que enfrentarlos solos. Confía en Dios
para que camine contigo a cada paso y Él será tu fortaleza. Él te dará el valor
para enfrentar tus momentos más aterradores. Dios promete tomarte de la mano y
estar contigo, ¡así que no temas!
Oración sugerida:
Querido Señor, gracias por nunca dejarme. Gracias por
caminar a mi lado durante los momentos más difíciles de la vida. Gracias por
tomarme de la mano y permitirme sacar mi fuerza de ti. Ayúdame a recordar que
tu mano siempre está extendida para que yo me aferre. En el nombre de Jesús,
Amén.
Isaías 41:10 (NVI).
El Encuentro de hoy fue escrito por: Verónica B.
|
|