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Encuentros Diarios
Mayo 02, 2022
Nada puede separarnos del amor de Dios
"Y estoy convencido de que nada podrá jamás separarnos del amor de
Dios. Ni la muerte ni la vida, ni ángeles ni demonios, ni nuestros temores de
hoy ni nuestras preocupaciones de mañana. Ni siquiera los poderes del infierno
pueden separarnos del amor de Dios. Ningún poder en las alturas ni en las
profundidades, de hecho, nada en toda la creación podrá jamás separarnos del
amor de Dios, que esta revelado en Cristo Jesús nuestro Señor."1
Hoy, llevé a mi hija a hacerse un análisis de sangre por primera vez. Ella
estaba ansiosa y asustada. Mi corazón se rompió y deseé poder dar sangre en su
lugar solo para que no tuviera que sufrir, sin embargo, esto es algo que debe
hacerse para ayudarnos a comprender su salud y cómo podemos apoyarla mejor.
Ella me pidió que nunca soltara su mano, así que le sostuve la mano todo el
tiempo y le dije palabras de aliento mientras se sentaba en la silla. Le
recordé lo valiente y fuerte que es. Le dije una y otra vez que respirara profundo
y que se aferrara fuertemente a mi mano. Después de que terminó, se sintió
aliviada, pero aún más que eso, se sintió orgullosa del hecho de que lo había
logrado bien. Mi corazón como madre se inundó de amor mientras la veía
enfrentar el desafío y salir sintiéndose más fuerte y triunfante.
Tener hijos propios me ha ayudado a darme cuenta de que mi Padre
Celestial me ama de la misma manera que yo amo a mis hijos, ¡sólo que en una
escala mucho mayor! Somos SUS hijos, y Él nos ama incondicionalmente. Él
sostiene nuestras manos a través de nuestras pruebas, nos anima mientras
enfrentamos nuestros miedos, proporciona fuerza y consuelo cuando nos sentimos ansiosos,
y celebra nuestras victorias con nosotros. Aún más que eso, él dio su sangre (vida) en
nuestro lugar para pagar una deuda que no podíamos. A pesar de nuestros errores,
y de las muchas veces que nos desviamos de Su camino, Él pacientemente nos
llama y espera que volvamos de nuevo. Siempre seremos bienvenidos a Sus brazos
abiertos. También sentirá tristeza al vernos sufrir algunas de las
consecuencias que provienen de nuestra desobediencia, pero cuando le confesamos
nuestro pecado, Él lo perdonará y lo olvidará. Él no guardará ningún registro
de los errores para reclamarnos después. Dios nos ama profundamente, pase lo
que pase.
Oración sugerida: Padre Celestial, gracias por las muchas lecciones que
me enseñas a lo largo de la vida como madre. Me da una idea del gran amor que
tienes por mí... uno que no será cambiado por lo que hago o dejo de hacer, o
las circunstancias que me rodean. En cambio, es un amor inquebrantable del que
nunca podre separarme. Gracias por el privilegio de ser llamado Tu hija(o). En
el precioso nombre de Jesús, Amén.
Romanos 8:38-39 (NTV).
El Encuentro de hoy fue escrito por: Crystal B.
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