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Encuentros Diarios
Mayo 23, 2022
El Dios que me ve
"Como el Señor le había hablado, Agar le puso por nombre ‘El Dios
que me ve’, pues se decía: ‘Ahora he visto al que me ve’."1
Dios le había prometido a Saray, la esposa de Abram, que tendría un
hijo, pero en su impaciencia, decidió tomar el asunto en sus propias manos.
Tenía una sirvienta llamada Agar, a quien le dio a Abram como esposa con la
esperanza de que pudiera construir una familia a través de ella. Sin embargo,
una vez que Agar quedó embarazada, comenzó a despreciar a Saray, por lo que
Sarai la maltrató.
Como mujer egipcia, es probable que Agar no compartiera la misma fe en
Dios que Abram y su familia. La Biblia no menciona su devoción a Dios, pero
como sirvienta de Saray, supongo que había llegado a conocer "lo
básico" acerca de Dios. Cuando Saray maltrato a Agar, ella huyó, sin saber
a dónde ir o qué hacer. El ángel del Señor la encontró en el desierto y le dio
la esperanza que necesitaba. Dios vio a Agar, no por nada de lo que ella había
hecho o porque era buena, sino más bien porque ÉL es bueno. Ella llegó a
conocerlo personalmente y le dio al Señor el nombre de "El-Roí", que
significa "El Dios que me ve". Vemos este nombre específico para Dios
solo una vez en las Escrituras, y vino de Agar, quien puede haber sido considerada
una fuente poco probable, pero "El Dios que ve" sigue siendo el mismo
hoy en día.
¿A veces te sientes perdido en el desierto como Agar? Tal vez no en un
sentido literal, pero tal vez te alejas sin saber qué hacer o a dónde ir.
Cuando nos sentimos invisibles y olvidados por quienes nos rodean, Dios nos ve.
Él ve nuestras luchas y se acerca a nosotros. Mateo 6:26 nos recuerda que
nuestro valor es mayor que las aves del aire que Dios cuida sin que ellos hagan
nada para merecerlo. Nuestros errores no nos separan de Dios. Él está allí,
listo para perdonar, cuando venimos a Él con corazones sinceros y humildes. Él
tiene un plan para nuestras vidas. Él siempre es bueno, y podemos confiar en
Él.
Oración sugerida: Querido Dios, tú eres el Dios que me ve. No por nada
de lo que he hecho o porque soy bueno, sino porque TÚ siempre eres bueno.
Cuando me alejo o me siento invisible, déjame ver las muchas maneras en que me
amas. Las bendiciones que me otorgas y las respuestas a mis muchas oraciones,
la belleza de tu creación y el incomparable regalo de amor que tenemos en
Jesús. Sé que puedo confiar plenamente en Tu cuidado por mí en todo tiempo.
Gracias, en el nombre de Jesús, Amén.
Génesis 16:13 (NVI).
El Encuentro de hoy fue escrito por: Crystal B.
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