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Encuentros Diarios
Mayo 30, 2022
A sus pies – Parte 2
"El Señor le
dijo: Mi apreciada Marta, ¡estás preocupada y tan inquieta con todos los
detalles! Hay una sola cosa por la que vale
la pena preocuparse. María la ha descubierto, y nadie se la quitara.”1
Como la hermana
mayor, Marta estaba decidida a cuidar de la casa. Ella era la anfitriona ejemplar;
nadie pasaba hambre cuando Marta estaba cerca. No es de extrañar que Jesús y
sus discípulos a menudo se detuvieran en su casa para visitarla. Amaba al Señor
con todo su corazón; qué privilegio tenerlo sentado en su mesa y hablar de la
vida a todos los que quisieran escuchar. Pero Marta se quedaba tan atrapada en
servir a todos, que rara vez tenía tiempo para sentarse y disfrutar del Señor
como lo hacían los demás. Su hermana, María, se apresuró a colgar su delantal y
correr para sentarse a los pies de Jesús, pero Marta quería asegurarse de que
todos fueran atendidos. En una ocasión, Marta, cansada de llevar la carga por
su cuenta, fue a Jesús para quejarse de su hermana perezosa que solo quería
sentarse a su lado. Pero Jesús la sorprendió con sus palabras. Él dijo:
"Marta, estás preocupada por muchas cosas... Pero solo se necesita una
cosa" – ¡YO! Él continúa haciéndole ver que María había elegido bien. Él
posiblemente, entonces, ¡la invitó a sentarse a su lado también!
Aunque estas hermanas
tenían prioridades muy diferentes, ambas amaban a Jesús profundamente. Marta
era confiable; se podía contar con ella para hacer lo que fuera necesario. Hay
espacio para diferentes personalidades a los pies de Jesús. Todos tenemos diferentes
tesoros y dones para poner delante de Él. Lo que es bueno para una persona
puede no ser bueno para otra. Podemos aprovechar esta oportunidad para aprender
de las fortalezas y debilidades de los demás para mejorar el Reino de Dios.
Jesús quiere que nos sirvamos unos a otros, pero también quiere que pasemos
tiempo en Su presencia. Hagamos tiempo para ambos hoy, y aunque podemos hacerlo
todo, solo se necesita uno: nuestro tiempo con Jesús. No dejes que nadie, ni
nada, te quite esos momentos.
Oración sugerida:
Querido Señor, me
ocupo tanto con las tareas diarias que pierdo el enfoque de mi principal
prioridad: pasar tiempo contigo. Perdóname por no ver que eres lo único que
realmente necesito. Puedo hacer tiempo para todo, pero es el tiempo a tus pies
lo que más deseo. Permíteme el privilegio de estar en tu presencia, ¡porque esa
es la mejor parte! En el precioso nombre de Jesús, Amén.
Lucas
10:41-42.
El Encuentro de hoy
fue escrito por: Verónica B.
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