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Encuentros Diarios
Junio 16, 2022
Un hombre llamado Juan
"Vino un hombre
llamado Juan. Dios lo envió como testigo para dar testimonio de la luz, a fin
de que por medio de el todos creyeran."1
Seis meses antes de
que se anunciara el nacimiento de Jesús, el ángel Gabriel se apareció a un hombre
llamado Zacarías; un hombre avanzado en años. ¡El ángel le trajo un mensaje de
esperanza, diciéndole que él y su esposa, Elisabet, iban a ser padres! No fue
la noticia lo que era difícil de creer, fue más el momento lo que hizo que
Zacarías cuestionara. "¿Estás seguro de que tienes a la persona correcta?
¡Somos tan viejos!" (Lucas 1:18) Ambos eran admirables
ancianos de su comunidad y un bebé no era exactamente el mensaje que
Zacarías había esperado escuchar ese día, sin embargo, aceptaron sus noticias y
esperaron el nacimiento de su bebé, un niño llamado Juan. Después del embarazo
de Elisabet, no volvemos a saber de este bebé en las Escrituras hasta 30 años
después.
Siendo hombre adulto,
Dios vino a Juan que estaba viviendo en el desierto. ¡Dios le dijo a Juan que
era hora de "preparar el camino" para Su Hijo, Jesús! (Quien por
cierto también era primo terrenal de Juan, Lucas 1:36). Juan había esperado
toda su vida por este momento, ¡y aceptó su misión con entusiasmo! Viajó de
pueblo en pueblo proclamando la Salvación; instando a todos a arrepentirse de
sus pecados y ser bautizados. No se preocupaba por aquellos que lo contradecían
o trataban de silenciarlo; hacía ruido dondequiera que iba porque necesitaba
que la gente supiera que la Salvación estaba en Camino.
La gente de la época
de Juan vivía parecido a la mayoría de nosotros hoy; ocupados con las tareas
cotidianas, trabajar duro, ganarse la vida, no pensar mucho en el plan de Dios
para el mundo. La gente había oído que venía un Mesías; fue escrito en las
Escrituras. La mayoría conocía las leyes de Moisés y la forma en que Dios
quería que vivieran. Pero hasta que Juan comenzó a gritarlo desde los tejados,
¡realmente comenzaron a prestar atención! Esas palabras familiares proclamadas
hace tanto tiempo, por el profeta Isaías, ahora se gritaban en sus oídos:
¡Arrepiéntanse! Juan no estaba a punto de endulzar una verdad tan importante.
Era audaz, ardiente incluso, ¡AHORA era el tiempo del arrepentimiento! Muchos
pensaron que estaba loco, y otros trataron de matarlo, pero Juan no retrocedió,
hasta el día en que levantó la vista de su predicación y vio la Salvación
caminando entre la multitud. ¡Había llegado el momento, y JESÚS había llegado!
Un hombre llamado Juan preparó el camino.
¡No es diferente hoy
y el momento de arrepentirse es ahora! Depende de ti y de mí preparar el camino
y salir audazmente a este mundo y gritar que Jesús viene de nuevo. Preparémonos para recibirlo – Seamos
ese hombre llamado Juan.
Oración sugerida:
Querido Señor, tu volverás,
tu Palabra lo ha prometido. Dame el valor para ser audaz y mostrar a los
demás el camino hacia ti. Nuestro tiempo se agota y este mundo necesita más
"Juanes" para preparar el camino. Úsame para hacer el camino recto.
En el nombre de Jesús, Amén.
Juan
1:6–7 (NVI).
El Encuentro de hoy
fue escrito por: Verónica B.
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