"Porque Dios no nos ha dado un
espíritu de temor y timidez sino de poder, amor y autodisciplina."1
Un
huevo de águila fue accidentalmente sacado de su nido durante una tormenta de
viento. Cayó al suelo, aterrizando suavemente sobre un lecho de paja de pino.
Cerca había un nido de pavos, y cuando la mamá pavo vio el huevo, asumió que
uno de los suyos había sido extraviado, y simplemente lo enrolló en su nido.
Unas semanas más tarde, los huevos eclosionaron y los polluelos nacieron, todos
con un par de días de diferencia. La madre realmente no notó ninguna diferencia
en los polluelos, solo estaba feliz de tener ocho bebés nuevos. Puedes ver
hacia dónde va esta historia: esta águila creció con un montón de pavos.
A
pesar de que fue creado y nació un águila, creció con una identidad de pavo.
Aprendió el arte de alimentarse en el suelo y trepar arbustos o pequeños
árboles para alimentarse. Vivía con una dieta de bellotas, nueces, raíces e
insectos. En lugar de extender sus alas y elevarse en el aire, esta águila con
identidad de pavo pasó su tiempo en el suelo. Cuando un depredador venía, en
lugar de despegar en vuelo, o usar sus garras hechas por la guerra para luchar,
esta águila hacía lo que los otros pavos estaban haciendo, corría por el suelo
con miedo.
Este
aguilucho, creado para ser poderoso y majestuoso, no tenía forma de conocer
todo su potencial, hasta que un día, esta pequeña águila escuchó un sonido que nunca
había escuchado. Desde muy arriba en el cielo, escuchó el sonido de una llamada
de águila. Mientras miraba hacia el gran cielo azul, la pequeña águila se quedó
asombrado por su grandeza al ver un hermoso pájaro elevarse por encima, y en
ese momento, algo comenzó a agitarse en él. Había estado viviendo en el suelo
con miedo a otras criaturas, pero de repente su corazón se hinchó de amor por
lo que vio, y se sintió poderoso sabiendo que también debería estar adornando
los cielos.
Podemos
vivir con temor de las cosas que son más grandes que nosotros, ¡pero Dios
quiere que reclamemos Su poder y lleguemos a ser grandes para Su gloria! Mire
hacia arriba y vea qué grandes cosas ha almacenado Dios para usted hoy. Reclama
el nombre de Jesús y vence esos temores desconocidos que pueden estar
manteniéndote en el suelo. ¡Hoy es el día para volar!
Oración
sugerida: Querido Dios, a veces me siento atrapado; siguiendo a la multitud y
conformándome con el mundo que me rodea. Hoy miro hacia arriba y reclamo tu
Espíritu de poder para tener el valor de salir de mi zona de confort y ser lo
que me creaste para ser. En el nombre de Jesús, Amén