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Encuentros Diarios
Agosto 11, 2022
Amabilidad sin excepción
"Por lo tanto, como escogidos de
Dios, santos y amados, revístanse de afecto entrañable y de bondad, humildad, amabilidad
y paciencia."1
James Moore habla de un hombre llamado
George. George era un pacificador con un gran corazón y un maravilloso sentido
del humor. Todos amaban a George en la iglesia, y era respetado en el hospital
donde trabajaba. La razón por la que tanta gente amaba a George era porque
siempre era amable y respetuoso con todos los que conocía.
Los hijos de George recuerdan claramente
los días que George pasó en el hospital antes de su muerte. El administrador
del hospital le hizo una visita. Hablaban como si fueran viejos amigos. Unos
minutos más tarde, uno de los conserjes vino a visitar a George. Ellos también
tuvieron una buena visita.
Cuando el conserje se fue, uno de los
hijos de George le dijo: "Papá, ¿te diste cuenta de que tratabas al
presidente del hospital y al conserje por igual?" George sonrió, se rió
entre dientes y luego dijo: "Déjame preguntarte algo: Si el administrador
se va por dos semanas y el conserje se va por dos semanas, ¿cuál crees que se
extrañaría más?"
Entonces George llamó a sus hijos
alrededor de su cama. "Permítanme mostrarles algo que llevo en el bolsillo
todo el tiempo", les dijo, "incluso cuando corto el césped". George
sacó una cruz de bolsillo y una canica con la regla de oro. George dijo:
"En la cruz están escritas estas palabras: 'Dios te ama', y en la canica
están estas palabras: 'Trata a los demás como quisieras que te traten a ti'. La
cruz me recuerda cuán profundamente Dios me ama, y la canica me recuerda cuán
profundamente Dios quiere que ame a los demás".2
Dios no hace ninguna excepción de las
personas, y como Su pueblo escogido, nosotros debemos hacer lo mismo. Cada
persona que encontramos merece ser tratada amablemente, ¡aun cuando ellos no
son amables! Estas son en realidad las personas que más necesitan amabilidad,
ya que necesitan desesperadamente que se les muestre el camino a Jesús. La
Biblia dice que TODOS éramos pecadores y estábamos destituidos de la gloria de
Dios. Jesús murió para dar la salvación a cualquier persona que la aceptara.
Por lo tanto, cada vez que el Señor
ponga a alguien en tu camino, independientemente de quiénes sean, recuerda
mostrar la misma compasión y amabilidad que Él te ha mostrado.
Oración sugerida: Querido Dios, ayúdame
a ser un ejemplo de tu amor, paciencia y amabilidad para todos los que
encuentro. Solo tú sabes las luchas que alguien puede estar enfrentando, y un
simple acto de bondad puede darles el aliento que necesitan. Úsame para
traerlos a ti. Gracias por escuchar y contestar mi oración. En el nombre de
Jesús, amén.
Colosenses 3:12 (NVI). James W. Moore, WHEN ALL
ELSE FAILS..., (Nashville: Dimensions for Living, 1993), p. 78.
El Encuentro de hoy fue
escrito por: Crystal B.
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