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Encuentros Diarios
Septiembre 02, 2022
Toma tu cruz
"Entonces dijo a
la multitud: ‘Si alguno de ustedes quiere ser mi seguidor, tiene que abandonar
su propia manera de vivir, tomar su cruz cada día y seguirme."1
El verso de hoy es bien
conocido, y uno que probablemente hemos escuchado en varias ocasiones. Sin
embargo, ¡el Señor me dio un recordatorio visual inesperado! Si ha estado en el
Condado de Orange, California, es posible que esté familiarizado con la
autopista Ortega (SR-74) que conecta el Condado de Orange con el Condado de
Riverside a través del Bosque Nacional de Cleveland. Estábamos conduciendo por
esta carretera hace unos días, disfrutando del hermoso paisaje, cuando de
repente, vi a un hombre que llevaba una cruz de madera que media un poco más
alto que el, ¡en su hombro! Como mencioné antes, este camino atraviesa el
Bosque Nacional de Cleveland, y aunque hay casas y otros establecimientos por
el camino, no había nada cerca cuando vi a este hombre. No estoy segura hacia
dónde se dirigía, ni de dónde venía o la razón por la cual llevaba una cruz
literal, pero sentí que el Señor me recordaba la importancia del versículo
anterior.
Si has recibido a Jesús
y has creído en Su nombre, eres un hijo de Dios (Juan 1:12). Sin embargo, hay
una diferencia entre ser salvo como hijo o hija de Dios y ser discípulo
(seguidor). Recibimos la salvación de nuestros pecados al confiar en Jesús, por
fe, como nuestro Señor y Salvador. Pero ser un verdadero discípulo de Cristo
significa ser un hacedor de la Palabra y no sólo un oyente. Es seguir el
ejemplo de Cristo de entrega, sacrificio y su obediencia a la voluntad de Dios
incluso en medio del sufrimiento. Es morir a nuestro orgullo y a nuestro propio
camino y someternos a la autoridad de Dios en nuestras vidas.
Ser discípulo de Cristo
es una decisión diaria de seguir al Señor en completa entrega y servirle
fielmente mientras servimos a los demás. Puede ser difícil, pero vivir como
seguidor de Cristo viene con maravillosos beneficios no solo para el presente,
sino para la eternidad.
Oración sugerida:
Querido Dios, yo soy tuyo. Entrego mi corazón, mi voluntad y mi mente. Elijo
renunciar a mi propio camino y vivir en obediencia a ti. Toma el control de mi
vida y úsame para tu gloria. Gracias por escuchar y contestar mi oración. En el
nombre de Jesús, amén.
Lucas 9:23 (NTV).
El Encuentro de hoy fue
escrito por: Crystal B.
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