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Encuentros Diarios
Septiembre 08, 2022
¡Cuidado adelante!
"El prudente ve el
peligro y lo evita; el imprudente sigue adelante y sufre el daño."1
A mi familia le encanta
viajar. Ya sea tomando la ruta escénica a nuestro destino solo para sumergirnos
en la belleza, o andando “todoterreno” en el desierto para explorar nuevos
lugares, ¡nos encanta todo! Una cosa que siempre he admirado es cuántos automovilistas
advertirán a los vehículos que se aproximan de cualquier peligro que se les
presente parpadeando las luces delanteras del carro. Los accidentes, los
vehículos averiados en la carretera o incluso los trabajos de construcción
pueden ser un peligro si no son visibles para el tráfico que se aproxima.
Entonces, los faros intermitentes de los que vienen de esa escena alertan a los
conductores para que disminuyan la velocidad y presten atención.
A menudo he recordado
esta ilustración y la uso para recordarme a mí mismo la importancia de
compartir las Buenas Nuevas de salvación con aquellos que aún no han creído.
Habiendo leído la Palabra de Dios, y experimentado la salvación por mí mismo,
soy consciente de lo que es el castigo del pecado. Sin embargo, gracias a Jesús
y Su sacrificio, ¡es una pena que se ha pagado por mí! Este mismo regalo está
disponible para todos y viene sin condiciones. Si puedes creer, recibirás. Es
tan sencillo como eso. Sin embargo, puede haber personas a tu alrededor que
nunca hayan oído hablar de lo que está por venir, o tal vez hayan escuchado,
pero no entiendan. Aquí es donde entramos nosotros.
Nuestras "luces
delanteras" deben estar constantemente parpadeando a quienes nos rodean
para llamar su atención. A través de nuestras actitudes semejantes a las de
Cristo, y los frutos del Espíritu en exhibición, es seguro que otros se den
cuenta, y su curiosidad conducirá a la conversación. En la conversación es
donde podemos compartir verbalmente el Evangelio con los demás, pero construir
confianza y relación con los demás será clave en cuán efectivos seremos. Dios
no forzó la salvación en nosotros, sino que simplemente la puso a nuestra
disposición, nos amó y nos dejó la elección a nosotros. Nuestro trabajo es orar
continuamente para que seamos testigos efectivos de Cristo, y para que otros
sean receptores abiertos al mensaje que los llevará a una relación personal con
Cristo.
Oración sugerida:
Querido Dios, gracias por aquellos que usaste para compartir el mensaje del
evangelio conmigo y alertarme sobre los peligros que se avecinan. Pido que me
uses para hacer lo mismo por los demás. El día de tu regreso se acerca cada día
más, así que ayúdame a no malgastar el tiempo que me has dado. ¡Que mi objetivo
siempre sea alcanzar uno más para Ti! Gracias por escuchar y contestar mi oración.
En el nombre de Jesús, amén.
Proverbios 22:3 (DHH).
El Encuentro de hoy fue
escrito por: Crystal B.
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