Encuentros Diarios
Septiembre 23, 2022
Himnos Amados: Dulce Consuelo
"... Pero no me avergüenzo de ello, porque yo sé
en quien he puesto mi confianza y estoy seguro de que él es capaz de guardar lo
que le he confiado hasta el día de su regreso".1
Frances
"Fanny" Crosby tenía varios amigos queridos. Entre ellos estaba la
reconocida compositora, Phoebe Knapp. Mientras Fanny vivía en los barrios
pobres de Manhattan y trabajaba en misiones de rescate, Phoebe vivía en la
Mansión Knapp, disfrutando de una vida de lujo. Su sala de música contenía una
de las mejores colecciones de instrumentos del país, y Phoebe frecuentemente
entretenía a sus invitados con un instrumento u otro. Fanny tuvo la bendición
de ser una huésped frecuente.
Un día de 1873,
mientras Fanny se alojaba en la Mansión Knapp, Phoebe dijo que tenía una nueva
melodía que quería tocar. Al ir a la sala de música, se sentó al piano y tocó
su composición mientras la himnista ciega escuchaba. Cuando la melodía
concluyó, Fanny inmediatamente aplaudió y exclamó: "¡Eso dice, Dulce Consuelo!
Rápidamente compuso las palabras y nació un gran himno.
Muchos años
después, D.L. Moody estaba predicando en Nueva York. Las reuniones de
Moody/Sankey habían popularizado los himnos de Fanny Crosby en todo el mundo y
habían hecho de la poetisa ciega un nombre familiar. Sin embargo, ella siempre
se negó a ser reconocida.
En este día en
particular, la iglesia estaba tan llena que no podía encontrar ningún lugar
donde sentarse. Al verla, el hijo de Moody, Will, se ofreció a buscarle un
asiento. Para su desconcierto, la llevó a la plataforma justo cuando la
congregación estaba cantando "Dulce Consuelo". El Sr. Moody, saltó a
sus pies, levantó la mano e interrumpió el canto. "¡Alabado sea el
Señor!", gritó. "¡Aquí viene la autora!"
Fanny tomó
asiento en medio de una atronadora ovación, agradeciendo humildemente a Dios
por hacerla una bendición para tantos.
“Gloria cantemos al Redentor, Que
por nosotros quiso morir;
La santa gracia del Salvador,
Siempre dirija nuestro vivir.”2
Oración sugerida:
Querido Padre Celestial, es ciertamente un sentimiento glorioso saber que tú
eres mi Salvador. Saber que Mi Salvación se debe a tu muerte en la cruz. Es
verdaderamente un Dulce Consuelo que ningún hombre puede quitarme jamás.
Gracias. En el nombre de Jesús, Amén.
2
Timoteo 1:12 (NTV). "Dulce Consuelo", himno
de Fanny J. Crosby (1873).
El Encuentro de
hoy fue escrito por: Verónica B.
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