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Encuentros Diarios
Septiembre 27, 2022
Himnos amados: Acompáñame
"Si ustedes permanecen en mí y mis palabras
permanecen en ustedes, pueden pedir lo que quieran, ¡y les será concedido!"1
Henry Francis
Lyte, ministró fielmente en el pueblo pesquero del bajo Brixham, durante 23
años. Él y su esposa Anne, vivían en una elegante finca llamada Berry Head. Un
hogar que, según se informa, había sido proporcionado por el rey William IV,
quien había quedado impresionado con el ministerio de Henry. Sentado justo en
el borde de la costa, sus vistas eran impresionantemente hermosas. Henry
caminaba en la tranquilidad de los senderos alrededor de la finca donde
escribía sus sermones, poemas e himnos.
Pero Henry sufrió
una enfermedad pulmonar, que debido a los inviernos húmedos en el bajo
Devonshire, Inglaterra, se había deteriorado en tuberculosis. El 4 de
septiembre de 1847, a los 54 años, entró en su púlpito con dificultad y predicó
lo que iba a ser su último sermón. Había planeado unas vacaciones terapéuticas
en Italia. "Debo poner todo en orden antes de irme", dijo,
"porque no tengo idea de cuánto tiempo estaré fuera".
Esa tarde,
después de un paseo por la costa, en oración pensativa se retiró a su
habitación. Una hora más tarde, apareció con una copia escrita de "Acompáñame".
Se desconoce si escribió el poema en esa hora, o si lo encontró mientras
empacaba para su viaje. Cualquiera que fuera el caso, lo había revisado y
completado en oración esa noche.
Poco después, Henry
abrazó a su familia por última vez y partió hacia Italia. Deteniéndose en
Aviñón, Francia, revisó "Acompáñame" una vez más, y luego se lo envió
a su esposa. El 20 de noviembre de 1847, después de llegar a la Riviera
francesa, sus pulmones enfermizos finalmente cedieron. En sus últimas horas,
fue atendido por un compañero clérigo inglés, el reverendo Manning de
Chichester, que se había alojado en el mismo hotel. Las últimas palabras de
Henry fueron: "¡Paz! ¡Alegría!".
Cuando la noticia
de su muerte llegó a Brixham, los pescadores de la aldea le pidieron al yerno
de Henry, que también era ministro, que celebrara un servicio conmemorativo.
Fue en esta ocasión que se cantó por primera vez "Acompáñame".
“Ven, oh, Señor; la noche viene ya.
Todo es oscuro y temor me da.
No hay amparo; gran maldad se ve.
En las tinieblas acompáñame.”2
Oración sugerida:
Querido Señor, qué consuelo saber que siempre estás conmigo y que tus brazos
amorosos me sostendrán hasta el final. Permíteme permanecer en ti, para que mi
vida refleje continuamente tu amor. En el nombre de Jesús, Amén.
Juan
15:7 (NTV). "Acompañame", himno de
Henry F. Lyte (1847).
El Encuentro de
hoy fue escrito por: Verónica B.
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