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Encuentros Diarios
Octubre 06, 2022
Una lección de las hormigas
¡Anda, perezoso, fíjate en la hormiga! ¡Fíjate en lo
que hace, y adquiere sabiduría! No tiene quien la mande, ni quien la vigile ni
gobierne; con todo, en el verano almacena provisiones y durante la cosecha recoge
alimentos.1
Cada año, al
cambio de cada estación, las hormigas salen de sus escondites y proceden a
invadir nuestros hogares o espacios personales. Los encontramos en senderos de
líneas rectas que conducen desde una misteriosa grieta en la pared dirigiéndose
directamente a nuestras cocinas o baños en busca de comida y agua. La mayoría
de nosotros los consideramos una molestia, ya que inmediatamente entramos en
acción para eliminarlos. Pero, si alguna vez nos hemos tomado el tiempo para
observar a estos pequeños intrusos, encontraríamos que su misión no es molestarnos
en absoluto; están apurados, ocupándose de sus propios asuntos, buscando
provisiones para sus colonias. Y así, durante todo el año se pueden encontrar
en varios lugares en largas filas o grupos, pero rara vez solos. Es todo un
espectáculo ver a una hormiga llevando fácilmente un trozo de comida del doble
de su tamaño; ¡con la intención de devolverlo al nido!
¡Aún más
interesante para mí, es que la Biblia nos pide que consideremos a estas
criaturas y aprendamos de ellas! Proverbios 6:7 nos señala que ni siquiera
necesitan que un "jefe" les diga qué hacer o cómo hacerlo; ¡trabajan
juntos como un equipo y hacen el trabajo! Cuando las hormigas emprenden sus
viajes, no se detienen a considerar cuántas de ellas pueden no regresar esa
noche, ni se detienen a contar sus pérdidas. Continúan fielmente con la tarea
en cuestión sin permitir que su enfoque flaquee.
Dios sabía que
esta sería una lección tangible para que adquiriéramos, ¡usando una de las
criaturas más pequeñas de su creación para enseñarnos de una manera grande!
Dios no solo sabía que lucharíamos contra la pereza, sino que también sabía que
tendríamos dificultades para trabajar con los demás. Sin embargo, cuando
nuestro enfoque se centra en el premio, una eternidad con nuestro Salvador, la
pereza y el egoísmo dejan de convertirse en barreras para nosotros. Tomemos un
momento para considerar a estos pequeños maestros, ¡somos sabios en imitar sus
caminos!
Oración sugerida:
Querido Dios, me sorprende cuando tu creación tiene una lección para mí. Me
asombro y me pregunto cuando considero cómo me cuidas de una manera tan
detallada. Gracias por amarme y enviar a tu Hijo para salvarnos de nuestros
pecados y hacer un camino para que estemos contigo algún día. En el nombre de
Jesús, Amén.
Proverbios
6:6-8 (NVI).
El Encuentro de
hoy fue escrito por: Verónica B.
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