Encuentros Diarios
Abril 11, 2023
Después de la Cruz
"Durante los cuarenta días después de que sufrió y murió, Cristo se apareció varias veces a los apóstoles y les demostró con muchas pruebas convincentes que el realmente estaba vivo. Y les hablo del reino de Dios."1
El fin de semana pasado, recordamos y celebramos la muerte y resurrección de Jesús. Tal vez muchos de nosotros estamos experimentando un renovado sentido de asombro al pensar en el gran amor y misericordia de nuestro Salvador, mientras que otros están experimentando un profundo sentido de arrepentimiento y gratitud por el perdón inmerecido que Jesús nos dio. ¡La mayoría de nosotros probablemente compartimos la alegría que sintieron las mujeres al encontrar la tumba vacía esa mañana hace tanto tiempo! Similar a las muchas emociones que podemos tener después de la cruz, los discípulos también experimentaron diferentes emociones después de que Jesús fue crucificado.
Una de las emociones que sentían los discípulos era el miedo. Juan 20:19 dice: "Ese domingo, al atardecer, los discípulos estaban reunidos con las puertas bien cerradas porque tenían miedo de los lideres judíos. De pronto, ¡Jesús estaba de pie en medio de ellos! ‘La paz sea con ustedes’, dijo." Algunos podrían preguntarse por qué los discípulos sentían tanto miedo, ya que Jesús les había dicho que resucitaría de entre los muertos. ¿Fue porque no lo entendieron o no lo creyeron? Honestamente, después de ver de primera mano lo que los líderes judíos acababan de hacerle a nuestro Señor, ¡es difícil no pensar en lo que podrían hacerte a ti!
Otra emoción era la duda. Todos hemos oído hablar de "Tomás el incrédulo", ¡y tal vez podamos identificarnos con él! Juan 20:24-25 nos dice que, "Tomás no estaba con los otros cuando llego Jesús. Ellos le contaron: ‘Hemos visto al Señor!’ Pero el respondió: No lo creeré a menos que vea las heridas de los clavos en sus manos, meta mis dedos en ellas y ponga mi mano dentro de la herida de su costado. " Tomás, como muchos de nosotros, necesitaba pruebas y todavía dudaba incluso cuando vio a Jesús cara a cara.
Así como Jesús trajo paz a los discípulos que estaban llenos de temor, y trajo amorosa tranquilidad a Tomás cuando dudaba, Jesús nos ofrece lo mismo hoy. Cuando llegamos a conocer a Cristo como nuestro Salvador, podemos sentir una gran emoción y gratitud, pero cuando la persecución viene en nuestro camino, el miedo y la duda llegan. En lugar de permitir que estos sentimientos nos inmovilicen y nos impidan obedecer el mandamiento de llevar las Buenas Nuevas de Jesús al mundo, ¡aferrémonos a la esperanza de que Jesús está con nosotros siempre y volverá tal como lo prometió! Tenemos el poder del Espíritu Santo dentro de nosotros y verdaderamente podemos regocijarnos y tener la paz que solo Jesús puede dar.
Oración sugerida: Señor, gracias por tu amorosa paciencia que me encuentra donde estoy. Llena mi corazón de paz en todas las circunstancias y que pueda compartir audazmente Tus Buenas Nuevas con los demás. Que me encuentres sirviendo fielmente cuando regreses. En el nombre de Jesús, Amén.
1. Hechos 1:3 (NTV).
El Encuentro de hoy fue escrito por: Crystal B.
|