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Encuentros Diarios
Junio 16, 2023
Buscando desesperadamente a Jesús
En esto llego un hombre llamado Jairo, que era un jefe de la sinagoga. Arrojándose a los pies de Jesús, le suplicaba que fuera a su casa, porque su única hija, de unos doce años, se estaba muriendo. 1
En las últimas semanas, hemos analizado el papel paternal de los hombres bíblicos y hemos observado una variedad de modelos de crianza. El último de estos padres, antes de celebrar el Día del Padre este fin de semana, es un hombre llamado Jairo (Lucas 8:40-56). Jairo era un líder en la sinagoga y ampliamente respetado; sin embargo, en este día tan triste, la hija de doce años de Jairo yacía en su cama, muriendo. Desesperado por salvar la vida de su hija, Jairo sabía que solo había una respuesta: tenía que encontrar a Jesús y llevarlo a su hija. Él sabía sin lugar a duda que Jesús era su salvación. Amaba tanto a su niña que estaba dispuesto a enfrentar la crítica de los otros líderes de la sinagoga en su búsqueda del Mesías. En una exhibición muy pública, Jairo cayó a los pies de Jesús y le rogó que fuera con él.
Esta desesperación observada en la súplica de Jairo a Jesús, en nombre de su hija, necesita ser demostrada por los padres de hoy. Su hija estaba muriendo físicamente y Jairo necesitaba que Cristo interviniera. Hoy nuestros hijos se enfrentan a una guerra espiritual contra aquel a quien Jesús advierte que, "viene sólo para robar, matar y destruir". (Juan 10:10) Necesitamos desesperadamente caer de rodillas y pedirle a Cristo que interceda por los corazones de nuestros hijos. Papás, mamás, abuelos, es hora de que tomemos una posición contra el maligno y, como Jairo, supliquemos al Señor por la vida física y espiritual de nuestros hijos. Los padres piadosos se preocupan profundamente por la salud física de sus hijos, pero muy especialmente por su salud espiritual. Jairo buscó a Jesús, dándole a su hija el mejor ejemplo de fe que pudo. Ella vio que su padre no se avergonzaba de traer a Jesús a su casa y, a su vez, sintió el gran amor de su padre por ella.
Padres, tenemos mucho trabajo por delante; ¿Podemos estar a la altura de la tarea que tenemos ante nosotros? ¡Nuestros hijos necesitan que busquemos al Señor ahora más que nunca!
Oración sugerida: Querido Dios, ¡qué privilegio y bendición nos has dado como padres! Sabemos que el enemigo está dispuesto a destruir su inocencia, robar su alegría y matar sus sueños. Pero, ninguna circunstancia es demasiado difícil para ti, así que hoy oramos por nuestros hijos mientras buscan superar las dificultades de la vida y luchar contra los planes del enemigo. Te pido que los llenes con Tu poder y me llenes con Tu sabiduría mientras los guío en Tus caminos. En el precioso nombre de Jesús, Amén.
1. Lucas 8:41-42 (NVI).
El Encuentro de hoy fue escrito por: Verónica B.
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