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Encuentros Diarios
Marzo 05, 2024
Las etapas de la fe
“Contra toda esperanza, Abraham creyó y esperó, y de este modo llegó a ser padre de muchas naciones, tal como se le había dicho: ¡Así de numerosa será tu descendencia!
Su fe no se debilitó, aunque reconocía que su cuerpo estaba como muerto, pues ya tenía unos cien años, y que también estaba muerta la matriz de Sara. Ante la promesa de Dios no dudo como un incrédulo, sino que se reafirmó en su fe y dio gloria a Dios,
plenamente convencido de que Dios tenía poder para cumplir lo que había prometido.”1
Sabemos que debemos confiar en el Señor, pero a veces eso puede parecer abrumador, ¿no es así? Dios no espera que tengamos una gran fe al instante. De hecho, a lo largo de los evangelios, Jesús fue al encuentro de las personas donde se encontraban: desde Tomás, para quien la fe dependía de ver las marcas de los clavos en las manos de Jesús, hasta el centurión, que creía que su criado podía ser curado con una palabra de Cristo (Juan 20:24-27, Mateo 8:5:13). Y luego está Pedro, quien confió en el Señor lo suficiente como para salir de la barca, pero encontró que el viento y las olas eran demasiado fuertes como para continuar (Mateo 14:28-31). En cada ocasión el Señor sólo mostró gracia y comprensión.
Aunque no es una progresión lineal, hay etapas básicas de la fe. Primero, hay la poca fe, que dice: "Se que Él puede, pero no estoy seguro de que lo hará". A medida que Dios demuestra que es digno de confianza, nuestra fe crece. Empezamos a enfocarnos más en Él que en nuestras circunstancias. Finalmente, debemos graduarnos a la fe perfecta, que dice: "Creo lo que Dios dice, ¡así que voy a actuar!".
¿Quiere usted hacer crecer su fe? Pase tiempo con Dios. Pídale que le ayude a confiar más. Cuando Pedro tuvo miedo de las olas, el Señor Jesús le extendió de inmediato la mano y lo agarró, y Él también hará lo mismo por usted.
Oración sugerida: Padre celestial, te doy las gracias porque a través de Tu Palabra me muestras ejemplos de personas que tuvieron una fe extraordinaria, pero también me muestras personas que dudaron y sin embargo Tu no te diste por vencido con ellos. Al contrario mostraste gracia y comprensión hacia ellos. Ayúdame cada día a crecer más en mi fe. En el nombre de Jesús, Amén.
1. Romanos 4:18-21 (NVI).
El Encuentro de hoy fue escrito por: Rosina N.
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