Encuentros Diarios
Marzo 25, 2024
Una vida sin carencias
“Jehová es mi pastor, nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma.
Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento. Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Ciertamente, el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa de Jehová moraré por largos días.”1
"Cuanto es suficiente?", le preguntó una vez un periodista a John D. Rockefeller, el primer multimillonario estadounidense. "Sólo un poco más", respondió Rockefeller. Aunque no tenemos los recursos de los superricos, todos nos hacemos la misma pregunta. Nuestro mundo está obsesionado con tener y gastar más. Pero en la raíz de una respuesta como la de Rockefeller hay un malentendido sobre quien provee para nosotros.
David comprendió que Dios era su proveedor. "Nada me faltará", escribió en el versículo 1 del Salmo 23. En otras palabras porque le pertenecía al Señor, podía experimentar una vida sin carencias.
Podemos pensar en esto de dos maneras. La primera: esperar que Dios nos de todo lo que creemos que necesitamos, y cuando no lo consigamos, culpar a Dios o a otros. O, la segunda manera: seguir el ejemplo de Cristo y los discípulos al recibir con gratitud lo que Dios nos ha dado y permitirle que cambie nuestro corazón. De ese modo, incluso nuestras necesidades se rigen por nuestro sometimiento a Él.
La lectura del primer versículo del Salmo 23 debería recordarnos Juan 10:11, donde Cristo dice: "Yo soy el buen pastor. El buen pastor su vida da por las ovejas". La verdad transformadora del evangelio es que tenemos más que suficiente porque el Señor Jesucristo se dio a sí mismo por nosotros.
Oración sugerida: Amado Padre celestial, quiero darte las gracias, porque Tú eres mi proveedor, y como dice el Salmo 23, nada me faltará, gracias Padre, porque en ti puedo vivir una vida plena. Hoy solo quiero darte las gracias por ser el Buen Pastor, quien da su vida por sus ovejas. Oro en el nombre de Jesús, Amén.
1. Salmos 23 (RVR1995).
El Encuentro de hoy fue escrito por: Rosina N.
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