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Encuentros Diarios
Marzo 24, 2022
Nada cambia si nada cambia
“Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.”1
No sé si la siguiente historia sea verdadera o no. De cualquier manera, tiene en ella una muy valiosa lección. “Un día, había un hombre ciego sentado en el escalón de un edificio con un sombrero a sus pies y un letrero que leía `estoy ciego, ayúdeme por favor.'
“Un publicista muy creativo caminaba por allí y se detuvo a observar. Él vio que el hombre ciego tenía solamente algunas monedas en su sombrero. Él dejo caer algunas monedas y, sin pedir permiso, tomó el letrero y escribió algo diferente en el.
“Esa tarde el publicista volvió a donde estaba el hombre ciego y notó que su sombrero estaba lleno de billetes y monedas. Se detuvo por un momento y el ciego le preguntó si él era la persona que había cambiado el letrero, y de ser así, ¿que había escrito?
“El publicista respondió: `Nada que no fuera verdad. Sólo escribí el mensaje de una forma un poco diferente.' Se sonrió y siguió su camino.
“El nuevo letrero decía: Hoy es la primavera y no puedo verla.'
“Algunas veces necesitamos cambiar nuestras estrategias. Si hacemos siempre lo que siempre hemos hecho, conseguiremos siempre lo que hemos conseguido siempre.”2
¿Se ha detenido a pensar que la parte del nuevo testamento de la biblia no habla mucho sobre la metodología? Pienso que la razón es obvia. Si no fuera así, algunos de nosotros nos apegaríamos a los mismos métodos religioso y rígido usados en los días de Pablo y Pedro. Mientras que Dios nunca cambia y su Palabra nunca cambia, algunas veces nuestros medios de comunicarla necesitan cambiar con los tiempos que van cambiando.
Recuerde, “nada cambia si nada cambia.” Es decir si lo qué estamos haciendo en nuestras relaciones, nuestra vida de familia, y en nuestras iglesias no está trabajando, podemos necesitar muy bien hacer un cambio en nosotros mismos o en nuestras estrategias y métodos.
Se sugiere la siguiente oración: “Querido Dios, por favor ayúdame a ver, cuando lo qué estoy haciendo no funciona o no causa los cambio necesarios, si soy yo quién necesita cambiar o si necesito cambiar mi método o ambas cosas. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Te agradezco. En el nombre de Jesús, Amén.”
1. Hebreos 13:8 (NVI).
2. Autor Desconocido.
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