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Encuentros Diarios
Abril 30, 2020
Lecciones de los Conejos
“El amor debe ser sincero. Aborrezcan el mal; aférrense al bien. Ámense los unos a los otros con amor fraternal, respetándose y honrándose mutuamente.”1
Los científicos estuvieron estudiando el impacto que tiene en las enfermedades del corazón una dieta alta en colesterol. Para medir este efecto, ellos alimentaron a un grupo de conejos genéticamente similares con una dieta alta en colesterol. Para su sorpresa la mitad de los conejos desarrollo problemas del corazón, mientras que el resto estaba normal, sin rasgo alguno de la enfermedad.
Este resultado no tenía explicación, así que compraron más conejos y repitieron el estudio. Al final de la segunda semana, obtuvieron los mismos resultados. Algo estaba mal con el diseño del estudio, pero ellos no podían determinar el variable tan grande.
Eventualmente, descubrieron que durante las tardes el asistente que alimentaba y cuidaba a los conejos los sacaba de las jaulas, los sostenía en sus brazos y los acariciaba mientras les cambiaba los alimentos y limpiaba la jaula. Sin embargo, ya que ella era corta de estatura, no podía alcanzar las jaulas en la parte superior, así que a ellos simplemente los alimentaba y les limpiaba las jaulas sin abrazarlos. Y en efecto, después de dos semanas, los conejos en la parte superior todos tenían enfermedades del corazón, mientras que los conejos en la parte de abajo estaban sanos. El medio ambiente y la dieta eran las mismas para ambos. La única variable era que se les expresaba amor a través de las caricias.2
No estoy sugiriendo que ignoremos una dieta saludable. ¡Para nada! Pero cada uno de nosotros también si queremos estar sanos y permanecer así, necesitamos llevar una dieta saludable que contenga amor y afecto.
Se sugiere la siguiente oración: “Querido Dios, por favor ayúdame a estar tan lleno de tu amor que siempre sea cariñoso y afectuoso con mis seres queridos y también (con discreción) con todas las personas que tu traigas a mi vida. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Te agradezco. En el nombre de Jesús, amén.”
1. Romanos 12:9–10 (NVI).
2. Por Marvin Wray en "Humor y Sabiduría.”
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