|
Encuentros Diarios
Mayo 18, 2020
Nuestro Reflejo
“Así, todos nosotros, que con el rostro descubierto reflejamos como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados a su semejanza con más y más gloria por la acción del Señor, que es el Espíritu.”1
Hace mucho tiempo en una pequeña aldea [o así cuenta la historia] había un lugar conocido como la casa de los mil espejos. Un pequeño perro, escuchó sobre este lugar y decidió visitarlo. Cuando él llegó, felizmente saltó en las escaleras al umbral de la casa. Él miró a través de la puerta con sus oídos en alto y meneaba su cola tan rápidamente como él podía.
Para su gran sorpresa, él se encontró de frente con otros 1,000 perros que felices meneaban sus colas tan rápidamente como la suya. Él les mostró una gran sonrisa, y le respondieron con 1,000 sonrisas tan amistosas como la suya. Al salir de la casa, él pensó, “este es un lugar maravilloso; volveré y lo visitaré a menudo.”
En la misma aldea otro pequeño perro, que no era tan feliz como el primero, visitó la casa. Él subió lentamente las escaleras y bajó la cabeza mientras que él miraba a través de la puerta. Cuando él vio a los 1,000 perros antipático que le miraban fijamente, él les gruñó y se horrorizó al ver que los 1,000 pequeños perros le gruñían a él. Al salir de la casa pensó “este es un lugar horrible, nunca volvere aquí otra vez.”2
Todas las caras en el mundo son espejos. ¿Qué clase de reflexión vemos en las caras de la gente que conocemos? ¿Y qué clase de cara ven ellos en usted y en mí?
Se sugiere la siguiente oración: “Querido Dios, por favor ayúdame a ser como Cristo con todos los que yo esté en contacto el día de hoy, y ayúdame a vivir de manera que las personas vean a Jesús en mi, en quien soy, en todo lo que hago y digo. Gracias por escuchar y responder a mi oración.Te agradezco. En el nombre de Jesucristo, Amén.”
1. 2 Corintios 3:18 (NTV).
2. De Tentmaker, www.tentmaker.org. Citado en la revista Encuentros (Australia), Marzo/Abril 2002.
<:))))><
|
|