|
Encuentros Diarios
Abril 06, 2023
Los días que cambiaron al mundo
“Él fue traspasado por nuestras rebeliones, y molido por nuestras iniquidades; sobre él recayó el castigo, precio de nuestra paz, y gracias a sus heridas fuimos sanados.”1
G. Franklin Allee escribió cómo, “Hace años, una madre joven caminaba a través de las colinas en Gales del sur, llevando a su bebé en sus brazos cuando una fuerte ventisca la alcanzó. Ella nunca alcanzó su destinación viva, y cuando paró de nevar su cuerpo fue encontrado debajo de la nieve. Pero los rescatistas descubrieron que antes de morir ella se había quitado toda la ropa exterior y con ellas había abrigado a su bebé. Cuando ellos removieron la ropa en la que el bebé estaba envuelto para su sorpresa y alegría, lo encontraron vivo y sano. Ella había dado su vida por su niño, proporcionando el amor profundo de una madre.
“Años después ese niño, David Lloyd George, cuando se convirtió en un hombre adulto se convirtió en el primer ministro del Reino Unido, y sin duda alguna fue el mejor hombre del estado de la Gran Bretaña. El reino unido fue un mejor lugar durante un tiempo porque una madre dio su vida por la de su hijo.”
En una escala mucho mayor el mundo de hoy es un mejor lugar porque hace mas de 2,000 años Dios el Padre dio a su Hijo, Jesucristo, para que muriese en la cruel cruz romana para pagar la pena por todos los pecados de la humanidad. Gracias a Dios esto nos incluye a usted y a mí. Y ahora, debido a la muerte de Jesús, todos los que ponen su confianza en él vivirán para siempre en el Cielo con Dios en donde no habrá más enfermedades, tristezas, penas o muerte.
Por lo tanto esta temporada de la pascua—cuando Jesús resucito de entre los muertos—son los días que cambiaron al mundo para siempre.
Nota: si usted nunca ha aceptado a Jesús como su salvador, asegúrese de leer el artículo “Como saber que es Cristiano autentico, sin tener que ser religioso” en: http://www.actsweb.org/sp/conocer_a_dios1.php
Oracion Sugerida: “Querido Dios, como te puedo agradecer lo suficiente por haber dado a tu Hijo Jesús, para que muriera por mí en la cruz. SEÑOR Jesús como tu moriste por mí en la cruz, te entrego mi corazón y mi vida para vivir por ti por el resto de mi vida. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Te agradezco. En el nombre de Jesús, amen.”
1. Isaías 53:5.
El Encuentro de hoy fue escrito por nuestro amigo: Richard Innes (1933-2023).
|
|