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Encuentros Diarios
Enero 01, 2018
Un exito costoso
Feliz Año Nuevo a todos nuestros lectores. Que Dios les bendiga en gran manera y que les conceda las peticiones de su corazon de acuerdo a Su voluntad.
“El terreno de un hombre rico le produjo una buena cosecha. Así que se puso a pensar: "¿Qué voy a hacer? No tengo dónde almacenar mi cosecha." Por fin dijo: "Ya sé lo que voy a hacer: derribaré mis graneros y construiré otros más grandes, donde pueda almacenar todo mi grano y mis bienes. Y diré: Alma mía, ya tienes bastantes cosas buenas guardadas para muchos años. Descansa, come, bebe y goza de la vida." Pero Dios le dijo: "¡Necio! Esta misma noche te van a reclamar la vida. ¿Y quién se quedará con lo que has acumulado?" Así le sucede al que acumula riquezas para sí mismo, en vez de ser rico delante de Dios.”1
Alan Smith platicó acerca de un luchador, Yussif, el turco terrible, un campeón de lucha de 350 libras en Europa hace un par de generaciones. Después de que él ganara el campeonato europeo, él viajó a los Estados Unidos para luchar con el campeón americano, cuyo nombre era Lewis el estrangulador – quien en comparación era un pequeño que apenas pesaba un poco más de 200 libras.
“Aunque él no era muy grande, el estrangulador tenía un sencillo plan para derrotar a sus opositores y nunca le había fallado. Él ponía su fuerte brazo alrededor del cuello de su opositor y así le cortaba el oxígeno. Muchos luchadores se habían desmayado en la lona con Lewis el estrangulador.” “El problema cuando él luchó contra Yussif el turco era que Yussif no tenía cuello. Su cuerpo iba de su cabeza a sus hombros masivos. Lewis no pudo atrapar al turco en llave y no pasó mucho tiempo antes de que el turco lanzara a Lewis a la lona y lo detuviera allí. Después de ganar el campeonato, el turco exigió los cinco mil dólares en oro. Después de que él se pusiera el cinturón del campeonato alrededor de su vasta cintura, él rellenó la correa con el oro, y abordó el siguiente barco con destino a Europa. ¡Él era todo un éxito! ¡Él había capturado la gloria en América así como su oro!”
“Él inicio el viaje en el SS Bourgogne. En medio del Atlántico, los azotó una tormenta y la nave comenzó a hundirse. Yussif cayó sobre la borda con su oro aún dentro de la correa alrededor de su cuerpo. El peso extra fue demasiado para el turco y él se hundió como un yunque antes de poder llegar a uno de los botes salvavidas. Nunca se le volvió a ver.”2
Decimos “Que tonto,” ¿pero cuántos de nosotros en realidad (especialmente nosotros en el oeste) pasamos gran parte de nuestras vidas invirtiendo en la búsqueda de posesiones y nos aferramos a ellas hasta el día de nuestra muerte?
Como Jim Elliot dijo, “No es ningún tonto aquel que da aquello que no puede tener en orden de obtener aquello que no puede perder.”
Se sugiere la siguiente oración: “Querido Dios, libérame del vano intento de buscar y tomar posesiones materiales, y ayúdame a comprender que mi vida no consiste en la abundancia de mis posesiones, pero en mi servicio y mi amor por ti a través de mi servicio a los demás. Gracias por escuchar y responder a mi oración. En el nombre de Jesús, amen.”
1. Lucas 12:16-21 (NIV).
2. Contribución de Alan Smith, http://www.tftd-online.com/.
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