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Encuentros Diarios
Noviembre 06, 2018
Cuidando las pertenencias
“¿Quién va a estar de acuerdo con ustedes? Del botín participan tanto los que se quedan cuidando el bagaje como los que van a la batalla.”1 o como lo dice la traducción de la Nueva Biblia Viviente, “¿Piensan que alguien les escuchara cuando hablan de esta forma? Nosotros compartirnos y compartimos igual para todos — tanto para los que van a batalla como para los que se quedan a reguardar el equipo (abastecimientos).”
¿Han notado que, cuando alguien trabaja arduamente para crear un grupo, una clase o una organización desde cero, y cuando está funcionando correctamente, cómo alguien más quiere tomar el cargo y manejarlo todo — y a veces terminan matando el proyecto?
Lo he visto pasar en las iglesias más de una vez. Le sucedió a un grupo de apoyo que yo había iniciado. Cuando regresé en el verano después de un viaje misionero de seis semanas, el grupo había sido tomado por uno de los miembros. . . y pronto desapareció.
"Un admirador le preguntó en una ocasión al célebre director de orquesta Leonard Bernstein, cuál era el instrumento más difícil de tocar. Respondió sin vacilar: ‘el segundo violín. Siempre puedo conseguir bastantes violinistas primeros, pero encontrar a uno que toque el segundo violín con tanto entusiasmo, ahora ese es un problema. Y por lo tanto si nadie toca el segundo violín no tenemos armonía,’”2
En los días del rey David, algunos de los que fueron a la batalla querían quedarse para ellos mismos todo el botín que habían conquistado. No querían compartir la gloria o el botín con aquellos que se quedaron tras las líneas del frente y que se habían hecho cargo de las “cosas” (suministros y equipos).
En la economía de Dios, los cristianos no serán premiados sobre la base de su rango o posición. Ya sea que uno sea un líder de la Iglesia, un profesor de escuela dominical o un portero; el Presidente de una empresa o el chico nuevo trabajando en el cuarto del correo — cada uno será premiado basándose de su fidelidad para cuidar de los dones y las habilidades que se les han confiado. Lo que Dios está buscando para hacer su trabajo en la tierra son el segundo, tercer y cuarto violín quienes no buscan glorificarse a sí mismos pero buscan el servir a Dios al servir a los demás y así darle gloria a Dios.
Se sugiere la siguiente oración: “Dios mío, ya sea yo el primer o el quinto violín, te agradezco por tus dones y las capacidades que me has confiado, sabiendo que todo me ha sido dado por ti. Ayúdame a ser un fiel guardián y úsame para ayudarte a extender tu reino y darle gloria a tu nombre. Gracias por escuchar y responder a mi oración. De todo corazón en el nombre de Jesús, Amén.”
1. 1 Samuel 30:24 (KJV).
2. “Conversación de Capilla” de Adrian Dieleman www.trinitycrc.org/sermons/jn03v30a.html (disponible sólo en inglés)
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