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Encuentros Diarios
Mayo 30, 2017
Humildad verdadera
"El altivo será humillado, pero el humilde será enaltecido."1
"Tony Campolo habla acerca de la predicación de un sermón realmente bueno en su clase de predicación en el seminario. Campolo se sintió bastante orgulloso de su contorno, sus argumentos y su entrega. Se sentía muy orgulloso de sí mismo — hasta que leyó comentarios de su profesor en la parte inferior de la página: 'Usted no puede convencer a las personas de que Jesús es maravilloso y que usted también lo es en el mismo sermón.'"2
Recuerdo haber escuchado un debate un poco intenso entre un miembro de la Iglesia y su Ministro. Yo no podía evitar el escuchar al feligrés quien gritando decía, "¡Le estoy diciendo, que soy humilde!" El problema es que si tengo que decirles que tan humilde soy, ya he perdido la humildad.
La humildad, sin embargo, no es degradarse o humillarse o bajar la cabeza en una especie de vergüenza falsa. Eso es inseguridad. La verdadera humildad es tener una evaluación realista de usted, reconociendo sus dones, habilidades y fortalezas y ser agradecidos con Dios para ellos — y el poner todos estos dones al buen uso del servicio a Dios y a los demás. La humildad también reconoce y acepta las debilidades de cada uno y, con la ayuda de Dios, hace algo para superarlas.
Se sugiere la siguiente oración: "Querido Dios, por favor ayúdame a crecer en amor y madurez y a ser mas y mas como Jesús en todo para poder ser verdaderamente humilde. . . reconociendo que toda buena dádiva y todo don perfecto descienden de lo alto, donde está el Padre que creó las lumbreras celestes, y que no cambia como los astros ni se mueve como las sombras.'3 Y ayúdame a siempre darte alabanza por todas las dádivas y las cosas buenas que me has dado libremente. Gracias por escuchar y responder a mis oraciones. Te agradezco. En el nombre de Jesús, amen."
1. Proverbios 29: 23.
2. Tony Campolo en Diez Grandes Predicadores, editada por Bill Turpie (Grand Rapids, Mich.: Baker Books, 2000), pág. 38. Citado en www.sermons.com.
3. Santiago 1:17 (NVI).
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