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Encuentros Diarios
Junio 18, 2017
Sanando las heridas de la vida 3ra parte
"Por eso, confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros, para que sean sanados. La oración del justo es poderosa y eficaz."1
El primer paso, en el proceso de sanación es el admitir que tenemos un problema o necesidad. Tenemos un amigo cuya hija adolescente es anoréxica y se niega a admitirlo. Incluso a pesar de que ella ha estado hospitalizada, dice que no hay nada mal con ella. Hasta que admita que tiene un serio desorden alimenticio y que necesita ayuda, no hay posibilidad de que ella se recupere y sane.
El segundo paso es el querer sanar — no sólo el desearlo. El quererlo significa que hemos aceptado la responsabilidad total de hacer lo que sea necesario en orden de estar bien.
Tercero, no es suficiente con el hablar acerca de nuestros dolorosos sentimientos. Necesitamos encontrar un lugar seguro, con un amigo de confianza, consejero, terapia de grupo o grupo de recuperación en el cual podamos con toda confianza experimentar y expresar nuestros sentimientos de dolor, culpa, vergüenza, furia, miedo, además de nuestros pecados y nuestras fallas. Estos son los secretos que conforman nuestro lado oscuro el cual, sin confesar, nos mantiene atados. Puesto que se ha dicho, "estamos tan enfermos como nuestros secretos." No todas las enfermedades están causadas por estos problemas, pero muchas lo son.
Cuarto, cuando sea necesario, cuando hayamos lastimado a alguien más, necesitamos buscar su perdón y, de ser posible, arreglar los males que hemos hecho.
Quinto, entonces necesitamos perdonar a todos los que nos han lastimado. Esto es parte del liberarnos del pasado. Una vez que hemos llegado a estar lo suficientemente fuertes para enfrentar nuestro dolor, puesto limites apropiados, y desarrollado relaciones sanas, podemos empezar a perdonar. Pero no podemos poner solamente el perdón encima del dolor sin resolver, la pena o la ira. Primero que nada debemos de solucionar todo esto. Entonces estaremos listos para perdonar.
Sexto, también necesitamos confesar nuestros pecados y faltas a Dios y pedir y recibir su perdón. Su palabra dice, "Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad."2
Séptimo, necesitamos perdonarnos a nosotros mismos, dejar el pasado atrás y continuar adelante para llegar a ser las personas que Dios tiene planeado. Una vez que hemos hecho frente a nuestra pena, dolor e ira y empezamos a perdonar, podemos empezar a mirar hacia adelante.
Ocho, desarrollar un fuerte enlace de apoyo con uno o dos amigos de confianza. O por lo mínimo, pedirle a Dios que le dé por lo menos un amigo cercano en quien usted confía implícitamente y con quien usted puede compartirlo todo abiertamente — sus alegrías, sus penas, sus victorias y sus fallas — y a quien usted le puede rendir cuentas.
Finalmente, necesitamos buscar consistentemente la ayuda de Dios a través de la oración, las escrituras y el compañerismo cristiano. No me refiero a través de una rápida solución mágica sino a través del milagro de la curación de Dios con el tiempo y a través de nuestra relación con él y los miembros del cuerpo de Cristo — la Iglesia.
Recuerden, uno de los nombres de Dios en hebreo es Yahweh — rophe, que literalmente significa, "El señor que sana."
Dios quiere que sanemos y nos ha mostrado el camino. Está en la biblia: "Confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros, para que sean sanados."3 ¿Realmente quieren sanar? De ser así, y la causa de la enfermedad está dentro de ustedes, al seguir el camino de Dios, ustedes podrán sanar de muchas de las enfermedades cotidianas. Tal vez tome tiempo pero Dios desea que lleguen a ser quienes él desea que sean.
Se sugiere la siguiente oración: "Dios mío, tome lo que tome, lo que necesite ver y necesite hacer, con tu ayuda estoy preparado a hacerme disponible para aceptar la responsabilidad total de mis problemas emocionales sin resolver y que están causando muchas de mis enfermedades — ya sean físicas, emocionales o espirituales. Y, cuando sea necesario, ayúdame a encontrar la ayuda que necesito para recuperarme totalmente y experimentar tu sanación. Gracias por escuchar y responder a mi oración. De todo corazón en el nombre de Jesús, Amén."
1. Santiago 5:16 (NVI).
2. 1 Juan 1:9 (NVI).
3. Santiago 5:16 (NVI).
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