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Encuentros Diarios
Agosto 14, 2017
Una lección de Ben Hur
"Hermanos míos, considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas, pues ya saben que la prueba de su fe produce constancia. Y la constancia debe llevar a feliz término la obra, para que sean perfectos e íntegros, sin que les falte nada."1
King Duncan escribe cómo "hay una gran lección de la historia de Ben Hur — un joven muchacho judío que estaba acusado de un delito que no cometió. En una parodia de un juicio él es condenado a ser remero de galeras. Ellos le encadenan a un banco en la bodega de un buque y a un remo. Durante semanas y meses, que se convirtieron en años él fue forzado a remar. Si él se atrevía a descansar, sentía el azote del látigo.
"Pero finalmente Ben Hur se escapa de este bárbaro castigo. Es el momento para la famosa carrera de cuadrigas/carruajes de Ben Hur contra el altivo romano Messala. La carrera de carromatos, en definitiva, es una prueba de fuerza y resistencia. Al usar el látigo en sus magníficos caballos alrededor del anillo interior queda claro que Ben Hur es el más fuerte y más aptos de los dos. Los años de tirar del remo en la bodega de un buque habían producido a un hombre de acero.
"Puede haber una gran cantidad de injusticias en nuestras vidas. Podemos sentir que estamos encadenados a un remo. Pero si seguimos tirando, si seguimos dando lo mejor de nosotros, [con la ayuda de Dios] podemos llegar a ser mejores personas a través de nuestras dificultades."2
Es cierto, las tribulaciones de la vida pueden amargarnos o nos pueden hacer mejores. Podemos tomar la carretera de subida o la carretera de bajada. Nunca es fácil, pero la elección es nuestra.
Se sugiere la siguiente oración: "Querido Dios mío, siempre que las pruebas lleguen a mí, por favor, ayúdame a aceptarlas como oportunidades para crecer y convertirme en una persona más saludable y más fuerte, para así estar mejor equipado para servirte y ayudar a los demás. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Con gratitud, en el nombre de Jesús, amén."
1. Santiago 1:2-4 (NVI).
2. King Duncan, www.sermons.com.
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