  
          El Bautismo: Identificándose 
con la Familia de Dios 
por Rick Warren 
Pastor, Saddleback Church  
          
          Las familias saludables se enorgullecen de sus familias; sus miembros   no se avergüenzan al ser reconocidos como parte de la familia. Tristemente, he   conocido a muchos miembros de la iglesia que nunca se han identificado   públicamente como parte de la familia de Dios con el bautismo. 
          El Bautismo no es un rito opcional, algo que se retrasa   o pospone. Significa el ser incluido en la familia de Dios. Públicamente anuncia   al mundo, “No me avergüenzo de ser parte de la familia de Dios.” Jesús pidió   este acto maravilloso a todos los miembros de su familia. Por años me   preguntaba, “¿por qué la Gran Comisión de Jesús da la misma importancia al   bautismo como se la da a los grandes trabajos del evangelio y a la edificación   espiritual?”  
          ¿Por qué es el bautismo tan importante? Porque   simboliza el propósitos mas importante de su vida; el incorporarse a la familia   eterna de Dios.  
          El bautismo es la declaración de su fe. Es una manera   de compartir en la muerte y la resurrección de Cristo. El bautismo simboliza la   muerte a su vida anterior, y anuncia su nueva vida en Cristo. También es una   celebración de su inclusión en la familia de Dios.  
          El bautismo es un retrato física de la verdad   espiritual. Representa lo que pasó en el momento en que Dios lo recibio en su   familia.  
          El bautismo no lo hace miembro de la familia de Dios   porque solo la fe en Cristo puede hacer esto. El bautismo muestra que usted es   parte de la familia de Dios. Como un anillo de bodas, es un recordatorio visible   de un compromiso interno hecho en su corazón. Es un acto de iniciación, no es   algo que se pone a un lado hasta que usted se sienta espiritualmente maduro. La   única condición bíblica es el que usted crea en el Señor Jesucristo. Si usted no   se ha bautizado como una expresión de su fe en Cristo, hágalo de inmediatamente,   como Jesús nos lo pidió.  
          La Biblia dice, “Jesús y las personas a las que él ha   santificado, todos pertenecen a la misma familia. Por lo cual él no se   avergüenza de llamarlos sus hermanos y hermanas.”1 ¡Permitan que   esta maravillosa verdad los inunde! Porque Jesús le santifica, Dios está   orgulloso de usted. El ser incluido en la familia de Dios es el honor más   grandes y el privilegio más grande que podemos recibir. No existe nada que se le   acerque. ¿Porqué no detenerse en este momento y dar gracias a Dios de que lo   haya incluido?  
          “¡Demos gracias a Dios por el privilegio de ser parte   de la familia de Cristo y de ser llamados por su maravilloso nombre!”2 
          “Este articulo se imprimió de la Página del   Internet www.Pastors.com. Registrado en 2003 por Rick Warren. Utilizado con su autorización.   Todos los derechos reservados.”  
           1. Hebreos 2:11. 
            2. 1 Pedro   4:16.  
   
           
          
            
              
                
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