Encuentros Diarios
Octubre 13, 2025
1. Di no a la tentación
Nuestro Sumo Sacerdote comprende nuestras debilidades,
porque enfrento todas y cada una de las pruebas que enfrentamos nosotros, sin
embargo, el nunca peco.1
Después de que Jesús fue bautizado, fue al desierto
donde el Espíritu Santo lo llevo. Allí, pasó cuarenta días y cuarenta noches
ayunando, y luego vino Satanás para tentar a Jesús. La primera vez, le dijo a
Jesús que si realmente era el Hijo de Dios, le dijera a las piedras que se
convirtieran en pan, Jesús respondió con la Palabra: "No solo de pan vive el
hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios". La segunda vez,
el diablo llevó a Jesús al punto más alto del templo en Jerusalén y le dijo que
saltara porque las Escrituras decían que Dios enviaría a los ángeles para
protegerlo. Sin embargo, Jesús respondió diciendo que las Escrituras también
decían: "No tentaras al Señor tu Dios". Por última vez, Satanás llevó
a Jesús a la cima de una montaña muy alta y le mostró todos los reinos del
mundo en toda su gloria, y dijo que le daría todo a Jesús si se arrodillaba y
lo adoraba. Jesús se negó a adorar a Satanás y le dijo que se fuera porque las
Escrituras decían que adoremos y sirvamos solo a Dios. Satanás lo dejó y los
ángeles vinieron a servir a Jesús.
Así como Jesús fue tentado por el diablo, así somos
nosotros. Pero gracias al gran amor que Dios tiene por nosotros, podemos decir no
a la tentación. En Hebreos 4:15 leemos que el Sumo Sacerdote, Jesús, entiende
nuestras debilidades porque enfrentó las misma pruebas que nosotros, pero no
pecó. Es por eso por lo que debemos ir con valentía al trono de Dios, donde
recibiremos su misericordia y gracia para ayudarnos en nuestros momentos de
necesidad (Hebreos 4:16). Aunque puede ser difícil resistir la tentación, no
luchamos solos porque tenemos a Dios que ya ha ganado la victoria sobre el
pecado y la muerte, y podemos confiar en que mientras permanezcamos en Él,
podremos vencer la tentación.
Oración sugerida: Señor, gracias por luchar por mí
cada vez que se me presentan problemas, como la tentación. Por favor, dame la
fuerza para mantenerme firme en lo que dices y resistir al diablo y sus malas
intenciones. En el nombre de Jesús te lo pido, amén.
1. Hebreos 4:15 (NTV).
El Encuentro de hoy fue escrito por: Gianna B.
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