
Encuentros Diarios
Septiembre 26, 2006
1. This is a test
Les Brown, un
Técnico de Emergencia, conducía de regreso a casa después de un arduo
día de trabajo cuando escuchó una llamada de emergencia en el escáner
de su auto. Un niño se estaba estragulando y necesitaba ayuda de
inmediato.
El despachador de la policía envió a un equipo de rescate pero Les,
dándose cuenta de que él estaba a sólo unas cuadros de distancia, sabía
que podría llegar más luego. Se comunicó con la policía para
informarles que él también se iba al rescate del niño. Pero cuando
trató de salir de la carretera, no pudo. Un tractor había excavado una
zanja profunda de lado a lado en el camino de salida.
Les, se hizo a un lado del camino, salió del carro y le gritó al
conductor del tractor, “¡Hay un bebé ahogandose adelante y debo de
llegar allá urgentemente!”
De inmediato el hombre rellenó una larga parte de la zanja que había
pasado todo el día excavando, aplanó la tierra y dejó pasar a Les. Les
se apresuró al lugar del que provenía la llamada. Allí encontró a la
madre que desesperadamente esperaba la llegada de la ayuda. El bebé que
sostenía en sus brazos ya tenía un color morado. Les tomando al niño,
lo puso sobre sus rodillas y cuidadosamente lo golpeó en la espalda y
de repente salió un botón de la boca del bebé. Para el alivio de la
madre, el bebé empezó a respirar de nuevo.
Al día siguiente de regreso a casa Les notó que el tracto estaba
trabajando en la misma salida, se paró su vehiculo para contarle al
conductor lo que había pasado. Cuándo el hombre lo vio, saltó del
tractor y está vez fue él quien le gritaba a Les, “El bebé que usted
salvó ayer... ¡Ese era mi bebé! ¡Mío! ¡Mío!”
Aquí vemos el amor genuino en acción y tal amor tiene muchas facetas.
En las poderosas palabras de las escrituras, es paciente, bondadoso,
amable y todo lo perdona. No es celoso, jactancioso, no arrogante, no
busca su propio interés, no es grosero, ni se irrita. Tampoco toma en
cuenta el mal. “Siempre protege, siempre confía, siempre espera,
siempre persevera. ¡Nunca falla!”1
Este amor se preocupa, se compromete, se comunica y tiene
compasión—todo lo cual incluye enmarañarse—y hace que la vida valga la
pena. Podemos existir sin este tipo de amor, pero no podremos vivir la
vida en su plenitud sin ella.
Solo la gente que es amada
encuentra el amor verdadero.
Ambas,
las pruebas científicas y la experiencia han mostrado que los bebés que
no reciben suficiente amor, cuidado y no se les sostiene en brazos
pueden morir. Los niños que no se sienten amados se pueden convertir en
personas muy agresivas o retraídas. Los adolescentes pueden resultar
deprimidos, suicidas, en drogas o en la prisión. Los adultos se pueden
convertir en victimas de un gran número de sustancias adictivas o usos
que son un atento vano a querer llenar el vacío en su corazón y
adormecer el dolor de su vida vacía. O se pueden enfermar—física,
emocional y/o espiritualmente.
Alguien que no se siente amado, se siente inadecuado, sin poder y muy
seguido usa el control como a un pobre sustituto para controlar a
otros.
Otros cuando no se sintieron amados, especialmente los niños,
inconscientemente buscan reemplazar el amor paterno con las relaciones
románticas y el matrimonio. Pero ninguna de la pareja podrá jamás
reponer las necesidades de su niñez de la falta de sentir el amor de su
madre o padre. Otros sustituyen el sexo por el amor y dejan un camino
de victimas en su atento de llenar ese vacío y evitan enfrentar la
causa de ese vacío y su soledad.
¿Entonces cómo podemos encontrar el amor que necesitamos y tener un poder genuino en nuestras vidas?
Recobro: Primero,
tome en cuenta que la respuesta no está en la fama, fortuna,
popularidad, sexo, un excitante romance, los logros o la aprobación,
sino lo está en la recuperación. La dura realidad es que solo las
personas que son amadas encuentran el amor verdadero, y en otras
palabras, “¡Lo encontramos dentro de nosotros o no lo encontramos!”
Honestidad:
Segundo, la recuperación inicia cuando nosotros mismos admitimos la
verdad y se la admitimos a uno o dos amigos de confianza – que no nos
sentimos amados o que no nos sentimos amados cuando éramos niños o que
nos hemos buscadado el amor en los lugares descolocados.
|