Como Obtener Respuesta
a Nuestras Oraciones 
            
          
          Un cielo nublado hizo la noche   intensamente obscura y la lluvia ligera hacia la carretera peligrosamente   resbalosa. Esa noche de camino a casa, pasé un camión de carga y me puse delante   del camión, mi carro pasó sobre una mancha resbalosa y empezó a deslizarse como   serpiente fuera de control por la carretera. ¡De repente mi carro se volteó y   empezó a moverse hacia atrás con el camión acercándose a mí! Aterrorizado pedí,   ¡Dios ayúdame! 
          ¡Con sólo unos momentos antes del impacto, mi carro de repente dio   un giro quedando de lado y fuera del camino del camión que se acercaba!. Pero   continuó deslizándose de lado fuera de la carretera y sobre el terraplén. Seguro   de que mi carro se volcaría, en terror volví a orar.  
          Increíblemente mi carro no se volcó. Pero tampoco paró. Se dio   vuelta y empezó a rebotar a través de un campo. "Oh no" pensé, "ahora voy a   terminar estrellándome contra un árbol " Honestamente pensé que hasta allí   llegaría. De nuevo oré.  
          Eventualmente el carro se detuvo frente a unos arbustos.   Milagrosamente, no toqué ninguno de los postes al lado de la carretera o los   árboles en el campo. Puse el carro en reversa y me aleje unos cuantos pies, me   di la vuelta y conduje alejándome sin un sólo golpe en mí y sin rasguño alguno   en mi auto.  
          ¿Fue mi seguridad una coincidencia o en realidad contesta Dios a   nuestras oraciones y nos ayuda cuando le llamamos?  
          En mi experiencia, encontré que Dios contesta algunas oraciones   rápidamente; otras no tan rápido. Algunas oraciones no son contestadas, y   algunas no van más allá del techo.  
           El orar no   es como una aspirina 
            gigantesca: 'Tome a Dios tres veces 
            al día y no   sentirá dolor alguno.'  
          Una oración efectiva no es un amuleto para ganar favores   especiales. Tampoco es una aspirina gigantesca para matar el dolor: "Tome a Dios   tres veces al día y no sentirá dolor alguno" así es como lo pone Juan Powell.   Sin embargo las oraciones pueden ser efectivas. La clave está en aprender a orar   correctamente.1 
          Como lo dice la Biblia, "No tienes, porque no le pides a Dios." Y   cuando le pides, no recibes porque le pides de manera equivocada, por los   motivos equivocadas o por razones egoístas.  
          ¿Entonces cómo podemos orar correctamente?  
          Primero, ore responsablemente. Dios   no hará por nosotros lo que nosotros debemos hacer por sí mismos. Muchas veces,   por ejemplo, cuando yo era un estudiante, pedía furiosamente a Dios que me   ayudara a la hora de mis exámenes—especialmente cuando no estaba adecuadamente   preparado. Pasaba los exámenes, pero no fue por ninguna oración instantánea   en vez de estudiar.  
          Ore Realisticamente. Cuando se tiene   un problema, un vicio que nos agobia, un conflicto, o alguna enfermedad,   tendemos a enfocar nuestras oraciones en los síntomas en vez de la causa. Como   consejera la Dr. Cecil Osborne explica, cuando nosotros escondemos   inconscientemente un pecado o culpa, constantemente confesamos vigorosamente uno   menos importante. Esto es porque tenemos miedo de enfrentar el problema real   bajo la superficie. 
          En cada situación problemática en la que me encuentro, debo   pedirle a Dios que me muestre la causa real de mis dificultades y que me   enfrente con la verdad para poder ver como me contribuyendo a este problema y   que me dé valor para hacer lo que sea necesario para resolverlo.  
            Pasa a la página dos 
             
           
          
           
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