
Encuentros Diarios
Octubre 05, 2012
1. La Oportunidad Perdió
"Entonces [Rey] Agripa dijo a Pablo, '’Por poco me persuades a hacerme cristiano.'"1
Hace años Walter llevó a su amigo Arturo a ver una propiedad en el campo donde las vacas pasteaban tranquilamente. Walter le explicó sobre su sueño de desarrollar esta área. Le dijo a su amigo que con el tiempo esta área estaría rodeada de restaurantes, hoteles y centros de convenciones. Le dijo a Arturo que este sueño tomaría todo su dinero y que necesitaba a otros para desarrollar el área adyacente. Él quería que su amigo tuviera la primera oportunidad de participar en este proyecto.
Pero Arturo pensó para sí mismo, “¿Quién en su sano juicio conducirá veinticinco millas por un proyecto como este?”
Le dijo a Walter que lo pensaría y decidiría después.
“Después será demasiado tarde,” le advirtió Walter a Arturo. “Lo mejor sería que tomarás tu decisión ahora mismo.”
“Y así Arturo Linkletter rechazó la oportunidad de comprar parte de la tierra que rodearía lo que después se convirtió en Disneyland. Su amigo Walt Disney trató de convencerlo. Pero Arturo pensó que él estaba loco.”
Así es la vida. El rey Agripa tuvo la oportunidad de aceptar a Cristo y convertirse en cristiano. Él lo rechazó. Judas tuvo una de las más grandes oportunidades en toda la historia de convertirse en seguidor de Jesús. Pero él decidió traicionar a Jesús por treinta monedas de plata. ¡Increíble! Los dos ladrones que fueron crucificados con Jesús también tuvieron la oportunidad de recibir el regalo de la vida eterna. Uno lo aceptó. El otro no lo hizo.
La vida nos ofrece muchas oportunidades. Todos tenemos la oportunidad de convertirnos en seguidores de Jesús y de ser parte de lo que Dios está haciendo en la Tierra hoy día. Esa es nuestra elección. Hoy.
Como lo dice la palabra de Dios, “He aquí ahora el tiempo es favorable...he aquí ahora el día de salvación."2
Se sugiere la siguientes oración: Amado Dios, cuando tus oportunidades lleguen tocando a mi puerta, no importa que tan silenciosas sean, dame un oído para escuchar, un corazón dispuesto a escuchar lo que estás diciendo y la sabiduría de decir “Sí” a tu llamado y a ti. “Gracias por escucharme y responder a mis oraciones. De todo corazón, en el nombre de Jesús, amén.”
Nota; Si nunca has aceptado a la invitación de Dios para aceptar a Jesús como tu Salvador personal, por favor ve a http://tinyurl.com/lhxlk para ver el articulo “Como Saber Que Eres un Cristiano Real Sin Tener Que Ser Religioso.” Te lo pido que lo hagas en este momento.
1. Hechos 26:28
2. 2 Corintios 6:2.
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