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Encuentros Diarios
Enero 21, 2021
Sigan sembrando la semilla
El que vigila al viento, no siembra; quien contempla las nubes, no cosecha. Siembra tu semilla, pues nunca sabes cuál siembra saldrá mejor, si ésta o aquélla, o si ambas serán igual de buenas."1
Uno de los amigos de William Barclay narra lo siguiente: en la iglesia a la cual él asistÃa habÃa un anciano solitario, el viejo Tomás. HabÃa sobrevivido a todos sus amigos y casi nadie lo conocÃa. Cuando Tomás murió, este amigo tenÃa la sensación de que nadie irÃa al funeral por lo que decidió ir, para que hubiese alguien que siguiera a este anciano a su ultima morada.
No hubo nadie más, y era un miserable dÃa húmedo. El funeral llegó al cementerio y en la puerta habÃa un soldado a la espera. Un oficial, pero en su impermeable no habÃa insignias de rangos. Llegó hasta la fosa para la ceremonia, cuando esta terminó, él se acercó y ante la tumba abierta movió su mano dándole el saludo digno de un rey. El amigo caminó con este soldado, y mientras caminaban, el viento hizo que el impermeable del soldado se abriera revelando en su hombro las insignias de un general de brigada.
El general dijo, "usted tal vez se pregunte qué estoy haciendo aquÃ. Hace años Tomás fue mi maestro de escuela; yo era un chaval salvaje y un reto para él. El nunca supo lo que hizo por mÃ, pero a Tomás le debo todo lo que soy o seré, y hoy tuve que venir a darle el saludo final." Tomás no sabÃa lo que estaba haciendo.2
Se sugiere la siguiente oración: "Querido Dios, de nuevo hoy, estoy disponible. Por favor úsame hoy para de alguna manera ser como Jesús en cada vida que toque y asà ser una influencia para los demás, no sólo por un tiempo, pero para la eternidad. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Con gratitud en el nombre de Jesús, amén."
1. Eclesiásticos 11:4, 6.
2. David E. Leininger, Colección de sermones, http://www.sermons.com/.
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