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Julio 03, 2018

"El tiempo de mi partida ha llegado. He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, me he mantenido en la fe. Por lo demás me espera la corona de justicia que el Señor, el juez justo, me otorgará en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que con amor hayan esperado su venida."¹

Cuando yo estaba recién salido de la universidad y estaba llenando el púlpito de una iglesia pequeña, se me pidió llevar a cabo un funeral, algo que nunca había hecho antes y "estaba muerto" de miedo de hacerlo. Así que pude entender cómo se sintió Ben, un nuevo pastor, cuando una de sus primeras tareas consistió en realizar el funeral de un feligrés de 80 años de edad.

Debido a que Ben no había conocido al hombre fallecido y no sabía nada de él, pidió a los miembros de la congregación que asistieron al funeral si podían hablar una palabra amable o dos acerca de Ben. Silencio. Nadie dijo una palabra.

Así que Ben dijo: "Muchos de ustedes conocían a Alberto por mucho tiempo. ¿No hay alguien que pueda decir algo bueno?"

Tras una larga pausa una voz desde el fondo de la sala, dijo: "Bueno, su hermano fue peor."¹

Hmmm…no es una manera muy agradable de ser recordado.

¿Alguna vez han pensado acerca de lo que les gustaría que se dijera acerca de ustedes en su funeral, o se escriba en su lápida? Me gustaría pensar que algo que se diría sobre mí sería: "Él era real y un fiel seguidor de Jesucristo."

¿Por qué no dar a esta cuestión una seria reflexión por si mismos. Si tuvieran que morir mañana, ¿qué les gustaría que se dijera de ustedes? ¿Sería gratificante o sería decepcionante?

Como Michael Josephson, dijo, "Hay un viejo dicho: 'Si quieren saber cómo vivir su vida, piensen en lo que les gustaría que la gente diga de ustedes después de su muerte, y vivan al reves.'"² En otras palabras asegúrense de estar viviendo hoy en armonía con lo que quieren que se diga de ustedes cuando se hayan ido. Lo mismo va para mí.

Se sugiere la siguiente oración: "Querido Dios, por favor, ayúdame a vivir para que no sólo me sienta satisfecho de lo que se diga acerca de mí cuando me haya ido, pero lo más importante, y de lo que estaré encantado de lo que me digas cuando me encuentro cara a cara contigo y que día tan glorioso será ese. Gracias por escuchar y responder a mi oración. En el nombre de Jesús, amén."

1. El apóstol Pablo en 2 Timoteo 4:6-8 (NVI).
2. Adaptado de El Carácter Cuenta de Michael Josephson, www.charactercounts.org

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