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Encuentros Diarios
Diciembre 19, 2011
Un niño pequeño los guiará
“Jesús dijo: ‘Dejen que los niños vengan a mÃ, y no se los impidan, porque el reino de los cielos es de quienes son como ellos.’â€1
Joy, mi esposa, escribió cómo, “Por varios años nuestra familia vacacionaba en México durante la Navidad. Siempre llevamos bastones de caramelo envueltos individualmente para dárselos a los niños de la localidad. Una mañana de Navidad yo habÃa tomado el autobús para asistir al servicio de Navidad de una iglesia. Después de la misa, a la espera de que llegará el autobús, vi a una niña de pobre aspecto y muy descuidada y la saludé diciendo: ‘Feliz Navidad’ y le di un bastón de caramelo.
“A los pocos minutos, sentà que alguien tiraba de mi falda y me volvió para ver a la misma niña sonriendo y dándome una nuez. Mi primer pensamiento fue, ‘No puedo aceptar esta nuez de ella, ya que puede ser todo lo que habÃa recibido para la Navidad.’ Sin embargo, pensé en el verdadero significado de la Navidad y acepté su valioso regalo. Volvà a la playa, donde se encontraban los miembros de mi familia y estaba tan profundamente tocada por el precioso regalo de esta pobre niña, que lloré. TodavÃa tengo la nuez y todos los años cuento la historia ahora a mis nietos y aún lloramos.
“Yo valoro este regalo de una pobre niña que me dio todo lo que tenÃa de la abundancia de su corazón lleno de amor.â€
En esta temporada de Navidad volvemos a recordar que Jesús lo dio todo para que podamos ser perdonados de nuestros pecados y recibir el don de la vida eterna, el mayor regalo de Navidad que alguien podrÃa recibir.
Jesús tiene este don del perdón y vida eterna para usted también, querido lector, por lo que si no lo han aceptado, asegúrese de hacerlo en esta temporada de Navidad. Para obtener ayuda, asegúrese de leer "¿Cómo estar seguro de que eres cristiano" en: http://www.actsweb.org/sp/conocer_a_dios1.php
Y que usted y yo, al igual que la niña mexicana sobre la que Joy escribió, siempre demos en abundancia con un corazón amoroso y agradecido.
Se sugiere la siguiente oración: “Dios mÃo, gracias que desde la abundancia de tu corazón lleno de amor diste el regalo de amor más grande en todo el mundo-el regalo de tu Hijo, Jesús, al venir al mundo como un bebé a vivir y morir por mis pecados para que yo pudiera recibir el regalo del perdón y la vida eterna. Y gracias, Jesús, por todo lo que has hecho por mÃ. Debido a que moriste por mÃ, ayúdame a vivir para ti y siempre dar a ti y a los demás desde mi corazón amoroso y agradecido. Gracias por escuchar y responder a mi oración. En el nombre de Jesús, amén.â€
1. Mateo 19:14 (NVI).
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