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Encuentros Diarios

Noviembre 09, 2012

"Aquí estoy este día con mis ochenta y cinco años: ¡el Señor me ha mantenido con vida! Y todavía mantengo la misma fortaleza que tenía el día en que Moisés me envió. Para la batalla tengo las mismas energías que tenía entonces. Dame, pues, la región montañosa que el Señor me prometió en esa ocasión."¹

Cecil Osborne era un pastor muy productivo hasta la edad de "jubilación". De hecho su iglesia era responsable por "cuidar" ocho otras iglesias. A la edad de 60 empezó a escribir libros. Su primer libro, El Arte de Entenderse a Si Mismo, llego a ser uno de los libros mas vendidos. A la edad de 65 años el dejo el pastoreado, pero no se jubilo. Él le pidió a Dios que le permitiera lograr tanto en los próximos diez años como había logrado en su vida hasta ese punto. Entonces el estableció un centro de consejería de tiempo completo, y escribió diez libros mas. Veintiocho años después, a la edad de 93, el finalmente se jubilo. El siguió aconsejando hasta que entro a los noventa y tantos años. Su centro de consejería ayudo a cientos de personas de todos los Estados Unidos y del extranjero, y el entrenó un gran número de consejeros laicos y profesionales.

A la edad de 87, Konrad Adenauer era canciller de Alemania. A la misma edad, Arturo Toscanini dio su última interpretación. Pablo Picasso seguía pintando a la edad de 91.

¿Habrá un tiempo donde lleguemos a estar muy viejos para ser productivos, para servir a nuestro prójimo, o para servir a Dios? Nunca. Incluso si lo único que podemos hacer es orar, nunca estaremos demasiados viejos. A pesar de nuestra edad, personas sabias no se fijan en lo que hayan perdido o lo que no tienen. Se fijan en lo que si tienen y lo usan a lo mejor de su capacidad.

Oración sugerida: "Querido Dios, gracias por los dones que me has dado. Con tu ayuda, yo escojo servirte hasta que mi tiempo aquí en la tierra termine, y haciendo esto, tener parte en lo que tú estas haciendo en el mundo hoy. Y ayúdame a siempre hacer esto para tu gloria, nunca para la mía. Gracias por escuchar y contestar mi oración. Te agradezco. En el nombre de Jesús, amen."

1. Josué 14:10-12 (NVI).

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