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Encuentros Diarios
Septiembre 10, 2018
Cuando la Salida es Por Dentro
“El rey dio entonces la orden, y Daniel fue arrojado al foso de los leones. Allà el rey animaba a Daniel: ¡Que tu Dios, a quien siempre sirves, se digne salvarte!â€1
La mayorÃa de nosotros estamos familiarizados con la historia de cómo Daniel, supuestamente a causa de sus creencias religiosas, fue arrojado al foso de leones hambrientos. Sin pregunta, no fue la mejor propuesta para Daniel. Fue traicionado por hombres celosos quienes lo querÃan fuera de su camino. ParecÃa como que estuvieran a punto de lograrlo excepto por una cosa: No tomaron en cuenta la confianza que Daniel tenÃa en Dios.
Sin embargo, la cosa interesante de Daniel siendo arrojado al foso de los leones es que Dios no lo rescato del foso antes de que Daniel primeramente encontró liberación adentro del foso.
ImagÃnese si Daniel hubiera peleado en contra de ser arrojado al foso (lo cual hubiera sido entendible de su parte), y entrado al foso de leones peleándolo cada paso del camino. Es probable que los leones lo hubieran hecho pedazos antes de que tocara el piso del foso. Pero Daniel no lucho. Él lo acepto, y encomendó su vida a Dios quien cerró la boca de los leones.
En más de una ocasión, cuando he estado en una situación muy frustrante, le he pedido a Dios que si no voy a ser rescatado de mi “foso de leonesâ€, que me ayude a encontrar liberación dentro de el.
A veces Dios tiene una lección para enseñarnos por medio de una situación difÃcil, y antes de que nos libere de ello, como Daniel, nos libera dentro de ello. También es importante no basar nuestras creencias y acciones en la manera que nos sintamos. Mantén en mente que es la Palabra de Dios, la Biblia, la cual es nuestra última palabra de autoridad—no la manera que nos sintamos. Necesitamos encontrar liberación dentro de la situación. La buena noticia es que ya que aprendamos la lección necesaria, no tendremos que pasar por la misma experiencia otra vez.
Oración sugerida: “Querido Dios, a pesar de mis sentimientos y mis circunstancias, yo elijo encomendar mi vida a ti en la situación frustrante en la cual me encuentro en este momento. Y como el padre del hijo mudo te dijo, yo también digo, ‘Señor yo creo, ayuda me incredulidad.’ Gracias por escuchar y contestar mi oración. Te agradezco. En el nombre de Jesús, amen.â€
1. Daniel 6:16 (NVI).
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