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Septiembre 13, 2018

“No son los sanos los que necesitan médico sino los enfermos. Y yo no he venido a llamar a justos sino a pecadores.â€�¹

De los dos tipos de pecadores en los días de Jesús, ¿con cuales preferirá interactuar? Los honestos—es decir, aquellos que admitían sus pecados, debilidades, y fracasos.

Mientras yo niegue mi propia realidad (pecados, debilidades, y mi lado obscuro), no podre relacionarme verdaderamente con otras personas. Esto es porque estoy escondiendo mi persona verdadera y pretendiendo ser alguien que no soy. Como Richard C. Halverson, ex capellán del Senado de los Estados Unidos, escribió en una de sus cartas semanales hace algún tiempo:

“Solo pecadores pueden relacionarse. Pecadores disfrutan de compañerismo autentico. ¡Los Santos no! Personas que pretenden ser santos no son libres para removerse las mascaras. Bajo la presión de proyectar una piedad convencional, no pueden ser abiertos y compartir.

“Manteniendo la imagen religiosa tradicional, permanecen invulnerables en relaciones humanas porque no se atreven a exponer quienes son en verdad. Se enfocan en proposiciones en vez de en personas… comparten sus victorias pero nunca sus fracasos. Conociéndose solo de cabeza a cabeza en vez de corazón a corazón, protegiéndose contra el descubrimiento, rebotan el uno en el otro como canicas.

“El santo autentico es inconsciente de su santidad, profundamente consciente de su indignidad, sensible a su fracaso, confiesa que es un pecador, lo cual hace posible comunión verdadera. Pecadores reconocen su insuficiencia, se apoyan fuertemente en la gracia de Dios, y se identifican rápidamente con la necesidad en otros.

“Reconociendo que todos los hombre son pecadores, no están dispuestos a esconderse de la verdad, comparten sus debilidades, confiesan su pecado el uno al otro, y no tienen temor de ser vulnerable. Se juntan como las uvas, aplastadas y fragantes, dependientes el uno sobre el otro, y de Dios.�

Oración sugerida: “Querido Dios, por favor ayúdame a ser real—ver y reconocer todos mis pecados, debilidades, fracasos, defectos de carácter, y partes dañadas para que yo pueda traerlos todos a ti para recibir tu sanidad y perdón. Por favor ten misericordia de mi, un pecador. Gracias por escuchar y contestar mi oración. Te agradezco. En el nombre de Jesús, amen.�

1. Jesús en Marcos 2:17.

Nota: Si nunca has confesado tu pecado a Dios y pedido su perdón, te animo a que lo hagas hoy. Para más ayuda por favor lea el artículo, “Perdón: El Poder Que Sana� en: http://www.actsweb.org/sp/perdon1.php y/o “Como Estar Seguro Que Eres Un Cristiano Verdadero� en: http://www.actsweb.org/sp/conocer_a_dios1.php.

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