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Encuentros Diarios
Diciembre 17, 2012
Servicio
"Pues asà como cada uno de nosotros tiene un solo cuerpo con muchos miembros, y no todos estos miembros desempeñan la misma función, también nosotros, siendo muchos, formamos un solo cuerpo en Cristo, y cada miembro está unido a todos los demás. Tenemos dones diferentes, según la gracia que se nos ha dado."1
El Señor Michael Costa, el conductor celebrado, estaba dirigiendo un ensayo. Mientras el potente coro sonaba, acompañado por gran número de instrumentos, el músico tocando el flautÃn (una flauta muy pequeña) pensando que quizás su contribución no se extrañarÃa en medio de tanta música, dejo de tocar. De repente, el gran lÃder paro y grito, "¿Donde está el flautÃn?"
El sonido de ese pequeño instrumento era esencial a la harmonÃa, y el conductor lo extraño cuando paro de tocar. ¿El punto? Para el conductor no hay instrumentos insignificantes en una orquesta. A veces el más pequeño y el que no parezca ser importante puede hacer la mayor contribución, y aunque no parezca tener una gran diferencia para toda la audiencia, ¡el conductor se da cuenta inmediatamente!2
En el reino de Dios hay un lugar para todos. No hay excepciones a esta regla. Asà que es importante que todos estén en su lugar si el trabajo de Dios aquà en la tierra se va a llevar a cabo en harmonÃa.
A veces pueda que me sienta insignificante y que no puedo hacer mucho para Dios, pero como dijo Edward Everett Hales, "Solo soy uno, pero soy uno. No puedo hacer todo, pero puedo hacer algo. Lo que debo hacer, puedo hacer. Y por la gracia de Dios, lo hare."
Oración sugerida: "Querido Dios, gracias que tú tienes un lugar para mà en la obra de tu reino aquà en la tierra. Por favor ayúdame a desarrollar mi don y usarlo para tu gloria en el mundo en el cual vivo. Gracias por escuchar y contestar mi oración. Te agradezco. En el nombre de Jesús, amen."
1. Romanos 12:4-6 (NVI).
2. Adaptado por Richard Love, Sermón: "Sonando Tu Trompeta," Memphis: Sermón Ilustraciones.
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