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Encuentros Diarios
Octubre 22, 2012
Superación De Miedo
En el dÃa en que tengo miedo, yo en ti confÃo."1
El miedo es definitivamente un problema en común para todos. Alguien dijo alguna vez que en la Biblia existen 350 “no temasâ€â€”¡casi uno por cada dÃa del año!
Un miedo sano es una emoción que Dios nos ha dado. Sin esta emoción nos meterÃamos en todo tipo de situaciones peligrosas. Estamos en lo correcto al temer o deberÃamos temer el cruzar un semáforo en rojo o caminar solos por la noche (o durante el dÃa) en un área peligrosa. Si no, entonces estamos fuera de contacto con la realidad.
Los temores que nos causan problemas son aquellos que nos causan ansiedad, insomnio, nos dan ulceras, causan fallas en nuestras relaciones y en el trabajo, etc., etc.
En la superficie estos temores parecen ser irracionales. Usualmente no son en el sentido que tengan sus raÃces en temores pasados o experiencias traumáticas. Aún un perro, si ha sido abusado por un humano en el pasado, continuará sintiendo temor de los humanos. Asà también las personas.
¿Y como entonces vencemos a nuestros temores?
Primero, como David, necesitamos confiar en el Señor y buscar su guÃa para encontrar la ayuda que necesitamos para resolver nuestros temores.
En segundo lugar, si nuestros temores son causados por experiencias traumáticas de nuestra niñez o en el pasado, es normal necesitar la ayuda de un terapeuta capacitado para resolver el problema desde la raÃz y restaurar la confianza.
Ya sea que Dios nos sane directamente o a través de un consejero no importa. Lo importante es que elijamos confiar en Dios y le pidamos que nos dé el valor para enfrentar nuestros miedos—y no guÃe hacia la ayuda que necesitamos para vencerlos. Como lo dijo le Rey David, “el dÃa en que tengo miedo, yo en ti confÃo.â€
Cuando siento temor, repito lo que dijo David quien también dijo, “El Señor está conmigo; no temeré lo que me pueda hacer el hombre.â€2
Que nuestra confianza sea más fuerte que nuestras dudas y nuestro amor más grande que nuestros miedos—ya que el Dios que nos trajo hasta aquÃ, no nos abandonará.
Se sugiere la siguiente oración: "Amado Dios, por favor dame el valor de enfrentarme mis temores para no caer. Por favor guÃame hacia la ayuda necesaria para vencerlos y asà poder honestamente decir con David, 'busqué al Señor, y él me escuchó, y me libró de todos mis temores.'3 Gracias por escucharme y responder a mis oraciones. De todo corazón, en el nombre de Jesús, amén.â€
1. Salmos 56:3 (NIV).
2. Salmos 118:6 (NIV).
3. Salmos 34:4.
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