Archivos Encuentros Diarios

Encuentros Diarios

Febrero 25, 2013

"Al amanecer se presentó de nuevo en el templo. Toda la gente se le acercó, y él se sentó a enseñarles. Los maestros de la ley y los fariseos llevaron entonces a una mujer sorprendida en adulterio, y poniéndola en medio del grupo  le dijeron a Jesús: —Maestro, a esta mujer se le ha sorprendido en el acto mismo de adulterio. En la ley Moisés nos ordenó apedrear a tales mujeres. ¿Tú qué dices?"¹

Quizás uno de los ejemplos más bellos de comunicar el amor de Cristo en el Nuevo Testamento entero es donde Cristo ministro a la mujer que fue hallada en el acto de adulterio.

El porqué los escribas y Fariseos trajeron solamente a la mujer—y no al hombre—a Jesús para ser juzgada es un poco difícil de entender. Como la mujer pudo ser hallada en el acto de adulterio sola, está más allá de mi comprensión. Para decir la verdad, el hombre que era culpable probablemente era uno de los acusadores aun si no estaba presente en el círculo acusador. Todo este asunto era sin duda una trampa para intentar atrapar a Jesús.

A pesar de esto, casi puedes ver estas personas religiosas presumiendo su victoria. "A fin lo tenemos esquinado," presumían entre ellos con un sentido falso de triunfo anticipado. "El no puede ganar. Y nosotros no podemos perder. Sin importar la manera que responda, lo tenemos atrapado. Si dice que la castiguemos de acuerdo a la ley de Dios, lo acusaremos de no tener misericordia. Si dice que la dejemos ir libre, lo acusaremos de quebrar la ley de Dios." La trampa perfecta… ellos pensaban.

Entonces allí están, haciendo círculo alrededor de Jesús y la mujer culpable. Eran como lobos hambrientos solo esperando la señal para atrapar a Jesús y devorarlo. ¿Qué les importaba esta mujer? Absolutamente nada. Solo la estaban usando como una pieza en su juego.

"Ahora, Maestro," se dirigieron a Jesús sin duda en un tono de voz muy religiosa, "esta mujer fue hallada en el mero acto de adulterio. La ley de Dios demanda que tal mujer sea apedreada a muerte. ¿Cómo te sientes acerca de eso? ¿Qué dices tú?"

Jesús los ignoro. Se inclino y escribió en la tierra. Pero estos hombres eran persistentes. Estaban determinados ganar su juego engañoso así que seguían presionando a Jesús por una respuesta.

Así que Jesús se puso de pie, miro a cada uno a los ojos, y estuvo de acuerdo con ellos. "Si," dijo él, "sin duda están en lo correcto. La ley de Moisés, la ley de Dios, dice que tal mujer debería ser apedreada a muerte."

"Está de acuerdo con nosotros," susurraron entre ellos, y casi los puede ver alcanzando por las piedras que estaban bajo sus abrigos religiosos—las piedras de acusación que estaban a punto de tirar a Jesús. Estaban más preocupados por matar a Jesús que estaban por apedrear a la mujer o defender la justicia.

"Así que," continuo Jesús, "adelante, apedréenla a muerte si es lo que desean." Después de una pausa breve y con una mirada ardiente que llegaba hasta el fondo de sus consciencias Jesús añadió, "Sin embargo, caballeros, esperen solo un minuto – que el hombre quien nunca ha pecado sea el que tire la primera piedra."
Punto. El silencio era abrumador.

Se continuara…

Oración sugerida: "Querido Dios, por favor dame un espíritu de discernimiento para que yo siempre sepa cuando personas son genuinas o si tienen agendas ocultas buscando lastimar un compañero que ha caído y está batallando. Gracias por escuchar y contestar mi oración. Te agradezco. En el nombre de Jesús, amen."

1. Juan 8:2-5 (NVI).

<:))))><