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Encuentros Diarios
Marzo 22, 2013
Dios No Es Co-Dependiente
"La fe sin obras [acción] está muerta."1
Es asombroso cuantos correos electrónicos recibo de personas que no pueden entender porque Dios permite que sucedan ciertas cosasCmuchas de las cuales son cosas que los individuos mismos causaron que sucedieran. Una señora estaba convencida que Dios escogió a su "marido terrible" como ella lo dice. ¡Una pareja que no estaba casada no podÃa entender porque Dios permitió que la mujer quedara embarazada! Asombroso.
La realidad es que Dios no es co-dependiente. El no hará cortocircuito en las consecuencias de nuestras elecciones y acciones, ni tampoco nos librara de los efectos de nuestro comportamiento destructivo. Ni tampoco va a hacer Dios algo por nosotros que nosotros podemos y necesitamos hacer por nosotros mismos.
Ron Clarke de Tasmania escribió, "Se que la expresión 'Dios ayuda a aquellos quienes se ayudan a sà mismos' no es bÃblico pero no esta tan lejos de lo que dice la palabra de Dios que dice, "Fe sin obras está muerta." Siempre he admirado la declaración por Sófocles (496-406 B.C.), considerado uno de los grandes dramaturgos Griegos, quien dijo, "El cielo nunca ayuda al hombre que no se quiere ayudar a sà mismo."
Como lo dijo John Powell, "Algunas personas tratan a Dios como si fuera una pastilla gigante de aspirina. '¡Toma a Dios tres veces al dÃa y no sentirás dolor!'"
La fe no funciona de esa manera. Todos somos responsables por las elecciones que hagamos y las acciones que tomamos. Cierto, somos salvos por fe y no por obras/acciones. Sin embargo, nuestras obras/acciones demuestran si nuestra fe es válida o no. Necesitamos hacer lo que somos capaces de hacer por nosotros mismosC y estar dispuestos a ayudar a aquellos que no pueden ayudarse a sà mismos.
Oración sugerida: "Querido Dios, por favor ayúdame a siempre ser responsable y actuar en una manera madura. Y por favor enséñame si hay áreas en mi vida donde no estoy actuando de esta manera. Gracias por escuchar y contestar mi oración. Te agradezco. En el nombre de Jesús, amen."
- Santiago 2:26 (NVI).
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