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Encuentros Diarios

Junio 27, 2013

"Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin mancha delante de él."¹

Jonatán (nombre cambiado), un lector del Encuentro Diario escribe: "En respuesta a los puntos de vista sobre el aborto, yo ciertamente no apoyo la irresponsabilidad y la irreflexión sobre el género que apoyan los que creen en el aborto. Si diré que lo único peor que tener un aborto es tener un hijo que no quieren. Yo sé, yo soy uno."

Que extremadamente triste es entrar al mundo como un hijo no querido, y si seguimos como un hijo no querido por nuestros padres, esto puede ser muy dañino emocionalmente. Si la verdad sea dicha, sin embargo, ¿quién sabe cuántos de nosotros no éramos queridos… es decir no queridos (o por lo menos no fuimos planeados) por las personas quienes nos trajeron a este mundo?

Carol, una amiga querida nuestra, compartió como cuando ella tenía 14 años su madre le dijo que cuando estaba embarazada con ella, su doctor le dijo que ella no estaba lo suficiente fuerte para dar a luz otro hijo y que ella debería tener un aborto. La mama lo hizo — pero era su gemelo fraternal — pero ella (Carol) logro sobrevivir. Aun ahora, muchos años después, ella todavía lo encuentra muy difícil superar esta memoria de la pérdida de su gemelo.

Por otra parte, hace muchos años atrás cuando mi hijo menor solo tenía unos diez años, el estaba muy enojado conmigo — acerca de algo que ya no me acuerdo — y en su frustración el grito, "¿Por qué me tuviste de todos modos?"

Yo respondí, "Porque tú eres parte del plan eterno de Dios."

Y eso es cierto de Jonatán, Carol, usted, y yo. Nosotros nacimos a este mundo porque éramos parte del plan eterno de Dios, y Dios nos conocía mucho antes de que el mundo pensara en nosotros. Dios nos quería y nos sigue queriendo. Nos ama con devoción y tiene un propósito para cada uno de nosotros. Una parte vital de vivir una vida significativa es encontrar y cumplir ese propósito. Lo mismo también es cierto de cada niño abortado en que ellos, también, eran conocidos y amados por Dios antes de la fundación del mundo.

Oración sugerida: "Querido Dios, por favor ayúdame a conocer y sentir en lo más profundo de mi ser que soy querido y amado por ti, mi Padre Celestial, y ayúdame a vivir una vida de acuerdo a tu propósito para mi vida. Gracias por escuchar y contestar mi oración. Te agradezco. En el nombre de Jesús, amen."

1. Efesios 1:4 (RVR 1995).

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