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Encuentros Diarios

Julio 05, 2013

"¿Por qué te fijas en la astilla que tiene tu hermano en el ojo y no le das importancia a la viga que tienes en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: 'Hermano, déjame sacarte la astilla del ojo', cuando tú mismo no te das cuenta de la viga en el tuyo?"¹

Una edición de Nuestro Pan Diario comparte un incidente en la vida del evangelista Ingles George Whitefield (1714 — 1770). En una ocasión Whitefield recibió una carta muy crítica acusándole de haber hecho algo malo. Su respuesta fue corta y al punto: "Yo le doy gracias del corazón por su carta. En cuanto a lo que usted y mis otros enemigos están diciendo contra mí, yo conozco peores cosas acerca de mi mismo de las que ustedes pudieran decir de mí. Con amor en Cristo, George Whitefield."

Whitefield no se defendió. Probablemente porque no era culpable de hacer la cosa de la cual lo estaban acusando. Seguido nos ponemos a la defensiva cuando somos culpables, o si estamos más preocupados por nuestra imagen que de que estamos en complacer a Dios, o si estamos inseguros y necesitamos aparentar que somos "perfectos" en los ojos de otras personas.

El hecho es que, todos somos pecadores y todos tenemos fallas y hacemos nuestra parte de errores. Así que, antes de que tratemos de sacar la astilla del ojo de otra persona, hay que nosotros primero, como sugirió Jesús, sacar la viga de nuestro propio ojo.

Oración sugerida: "Querido Dios, por favor libérame del pecado de una actitud crítica que está constantemente buscando una astilla en el ojo de otra persona como una manera de evitar la viga en mi propio ojo. Por favor dame el deseo de querer ver la viga en mi propio ojo, y hacer los cambios necesarios en mi vida que necesitan corrección. Gracias por escuchar y contestar mi oración. Te agradezco. En el nombre de Jesús, amen."

1. Lucas 6:41-42 (NVI).

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