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Encuentros Diarios
Agosto 07, 2013
Demasiado Dios
"Tú, que salvas con tu diestra a los que buscan escapar de sus adversarios, dame una muestra de tu gran amor. CuÃdame como a la niña de tus ojos; escóndeme, bajo la sombra de tus alas, de los malvados que me atacan, de los enemigos que me han cercado."1
Napoleón Bonaparte era un gran general de su dÃa y uno de los más grandes de todo tiempo. También era un polÃtico astuto con una voluntad inconquistable de ganar. Su meta era gobernar al mundo y parecÃa que él iba por buen camino para alcanzar esa meta.
Historia registra como él se jactaba, "Rusia sigue, luego Britania, y Napoleón gobernara al mundo."
Mientras guiaba a su ejército en ruta a conquistar a Rusia, un pequeño copo de nieve cayó sobre Napoleón, "Luego cayo otro, y otro, y otro, y siguieron cayendo hasta que el ejercito orgulloso de Napoleón estaba retrocediendo, quebrantados y derrotados" no por el ejercito del enemigo ni por un solo tiro, pero por una masa de pequeños copos de nieve. ¿La respuesta de Napoleón? "Dios todopoderoso fue demasiado para mÃ." Es alentador saber que Dios está en control sin importar nada más, y que este mundo y la vida de cada uno de nosotros quien pone su confianza en él, estamos en sus manos.
Oración sugerida: "Querido Dios, de nuevo hoy encomiendo y confÃo mi vida y mi camino a ti tal como lo hago con (nombre a sus seres queridos). 'BendÃceme y ensancha mi territorio; ayúdame y lÃbrame del mal, para que no padezca aflicción.'2 Gracias por escuchar y contestar mi oración. Te agradezco. En el nombre de Jesús, amen."
1. Salmos 17:7-9 (NVI).
2. Oración de 1 Crónicas 4:10.
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