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Septiembre 23, 2013

"Tener fe es tener la plena seguridad de recibir lo que se espera; es estar convencidos de la realidad de cosas que no vemos. Nuestros antepasados fueron aprobados porque tuvieron fe."¹

Como se ha dicho, "Si quiere hacer jonrones en beisbol necesita estar dispuesto a hacer un strike." Los mejores bateadores en beisbol han hecho strikes muchas veces. Y la mayoría de las personas quienes han tenido éxito en sus vidas también han fallado muchas veces.

Por ejemplo, Walt Disney quebró financieramente siete veces y tuvo una crisis nerviosa antes de que llegara a tener éxito. A la edad de 40 años, Henry Ford no tenía dinero. Enrico Caruso, quien llego a ser uno de los mejores tenores del mundo, fue aconsejado por su maestro de voz que dejara de cantar porque el fallo tantas veces en alcanzar las notas altas. Thomas Edison fallo más de 6,000 veces antes de que pudiera hacer funcionar la bombilla eléctrica, pero cuando era niño, uno de sus maestros una vez le había dicho que era un tonto. Abraham Lincoln era muy conocido por sus muchos fracasos pero llego a ser uno de los presidentes más queridos de América. Y ambos Albert Einstein y Werner von Braun reprobaron cursos de matemáticas. La historia está llena de historias similares.

La razón que todas estas personas tuvieron éxito es porque no se dieron por vencidos. Ellos creían que podían tener éxito y siguieron adelante hasta que lo hicieron. Como dice el viejo dicho, "¡Los que se dan por vencidos nunca ganan y ganadores nunca se dan por vencidos!" Así que, si usted y yo queremos hacer unos jonrones, necesitamos salir, pararnos en la base y seguir moviendo el bate. Eventualmente nosotros, también, ganaremos si "guardamos la fe" y nunca nos damos por vencidos.

Además, si usted está buscando genuinamente hacer lo que sabe que Dios quiere que haga, siempre habrá una manera de hacerlo. Fe dice, "¡Con la ayuda de Dios yo encontrare la manera y seguiré intentándolo!"

Recuerde, también, que el único fracaso real es no levantarse una vez más de la que seamos derrotados. Recuerde, también, que en cada fracaso Dios siempre tiene algo de valor para que aprendamos. De hecho, el fracaso seguido es nuestro mejor maestro, una bendición en disfraz. La clave importante es seguir el sueño y potencial que Dios le ha dado, ¡y no permitir que los fracasos lo detengan!

Oración sugerida: "Querido Dios, ayúdame a saber por cierto lo que es el propósito y el sueño que tú me has dado, y con tu ayuda nunca darme por vencido sin importar que tan grandes sean los desafíos. Ayúdame también a reconocer que en cada fracaso, tú tienes una lección valiosa para que yo aprenda. Gracias por escuchar y contestar mi oración. Te agradezco. En el nombre de Jesús, amen."

1. Hebreos 11:1-2 (NTV).

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