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Noviembre 20, 2013

"En mi corazón atesoro tus dichos para no pecar contra ti."¹

Vern Treat cuenta acerca de un buceador quien dijo que "cuando está en agua profunda, está rodeado de luz, así que no hay manera de saber cuál es el camino hacia arriba porque el agua difunde la luz. También está totalmente ingrávida, así que no tiene sentido de la gravedad.

"Rodeado en un aura de luz y ingravidez, es muy fácil perder todo sentir de dirección y desorientarse. Quizá sienta que este sea el camino hacia arriba, y que sus burbujas de aire vayan de lado. Quizá esté tan convencido que su percepción es cierta que decida ignorar sus burbujas e ir en el rumbo que usted piensa que le llevara para arriba. No me sorprendería si algunos buceadores se han hundido  a causa de esto. Una de las primeras cosas que se nos dijo cuando estábamos aprendiendo a bucear era que siempre confiáramos en nuestras burbujas — que siempre siguiéramos nuestras burbujas. Sin importar como se sienta, sin importar lo que piense, sus burbujas siempre están en lo correcto."

La vida a veces también puede ser así.  Si basamos las reglas de la vida en nuestros sentimientos y/o percepción, podemos ser fácilmente extraviados. La filosofía, "Si se siente bien tiene que ser correcto," es una guía peligrosa de seguir porque nuestros sentimientos pueden jugar todo tipo de broma con nosotros.  Si algo está mal, está mal a pesar de cómo nos sintamos. Cierto, es importante que no neguemos o reprimamos nuestros sentimientos porque podemos aprender a confiar en ellos — pero lo que no siempre podemos confiar es nuestra interpretación de ellos o entender lo que nos están diciendo.

En la vida la única guía segura cuando se trata de vivir exitosamente y tener una vida fructífera es confiar en Dios y en su Palabra, la Biblia. Dentro de ella están "burbujas de vida" para seguir. Estas "burbujas" siempre están en lo correcto. ¡Siempre!

Oración sugerida: "Querido Dios, gracias por tu Palabra, la Biblia, y por darnos principios para tener una vida saludable y llena de amor. Dame un amor por tu Palabra y el deseo para guardarlo en mi corazón para que no peque contra ti. Gracias por escuchar y contestar mi oración. Te agradezco. En el nombre de Jesús, amen."

1. Salmos 119:11 (NVI).

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