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Encuentros Diarios
Diciembre 24, 2013
La Gloria de Navidad, Parte ll
"Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavÃa éramos pecadores, Cristo murió por nosotros."3
En el Encuentro Diario de ayer contamos la historia de un hombre llamado Angus McGillivray, de quien su ejemplo transformo un campamento Japonés horrible para prisioneros durante la Segunda Guerra Mundial en un lugar de cuidado y preocupación el uno para el otro. Esta transformación significaba supervivencia para muchos de los otros prisioneros y sucedió a causa de un hombre, Angus McGillivray, que dio su vida para salvar a su compañero de prisión.
Que ilustración tan poderosa del hecho que una persona puede hacer una diferencia y lo que puede suceder cuando uno da su vida para otro. Como nos enseña la Biblia, "Nadie tiene amor más grande que el dar la vida por sus amigos."4 Y que recordatorio tan poderoso del Único que dio su vida para usted y para mà — el Señor Jesucristo, el Hijo de Dios — quien dejo los palacios en el Cielo, puso a un lado sus vestidos externos de deidad, se vistió de carne humana, y se hizo un hombre para identificarse con nosotros cuando el vino a la tierra en esa primer Navidad hace 2,000 años, para que el pudiera ser nuestro Salvador por medio de morir por nuestros pecados, y como resultado salvarnos de la maldición del infierno y una eternidad perdida.
Algunas personas discuten, ¿si Dios es un Dios de amor como puede mandar a alguien al infierno? La realidad es que Dios no manda a nadie al infierno excepto por Satanás y sus demonios por quienes se creó en infierno. Si nosotros vamos al infierno es a causa de las consecuencias naturales de nuestro pecado. Nosotros mismos nos mandamos allÃ.
PermÃtame ilústralo. Si yo brinco de una torre muy alta la consecuencia natural será que yo muera. SerÃa el resultado de mi intento de desafiar la ley de la gravedad, la ley que mantiene junto al universo. Yo no puedo quebrar esta ley. Si lo intento, me quebrara a mà — fÃsicamente.
También hay una ley moral y espiritual que gobierna al universo tan real como la ley de gravedad. Tampoco puede ser quebrada esta ley sin consecuencias naturales. Si intento quebrarlo, me quebrara a mà — espiritualmente. Según la Palabra de Dios, la Biblia, las consecuencias de quebrar la ley moral/espiritual es muerte; es decir, muerte espiritual lo cual, siguiendo la muerte fÃsica, será separación eterna de Dios, el autor de todo amor y vida — y eso será tormento en el infierno.5
Porque todos hemos pecado, estamos espiritualmente muertos y, consecuentemente, separados de Dios quien es un Dios de santidad, y en su presencia no puede existir ningún pecado ni puede sobrevivir un pecador. Sin embargo, porque Dios también es un Dios de amor, el ha hecho una manera de escape para todo aquel que pone su confianza en él. La respuesta está en el Encuentro Diario de mañana.
Se concluirá…
Oración sugerida: "Querido Dios, gracias que tu eres Dios y no un dios hecho con manos humanas o el producto de la imaginación del hombre. Gracias, también, que tu eres un Dios de santidad infinita y justicia perfecta; de otro modo nunca serias Dios. Y gracias que tu también eres un Dios de amor infinito en que tú has hecho una manera de escape del castigo eterno que demanda tu santidad y justicia. Te agradezco. En el nombre de Jesús, amen."
Nota: Vea las notas al final de la Parte lll.
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