| |
Encuentros Diarios
Septiembre 14, 2015
Tan Enfermos Como Nuestros Secretos
“Cualquier que se aleja, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése tiene tanto al Padre como al hijo.â€1
Ésta tarde estaba leyendo una página cristiana del Internet que es un lugar seguro donde las personas pueden confesar sus pecados y sus fallas, Se llama “Compartiendo Secretos.â€
Obviamente personas en todas partes están desesperadas por confesar sus pecados y sus fallas y de deshacerse de la culpa que los oprime. Las personas comparten sus problemas de adicción, el vivir una doble vida, problemas de la alimentación, apuestas, pornografÃa, adulterio, dolor, mentiras, robos, relaciones, sexo ilÃcito, humillaciones pasadas, arrepentimientos, vergüenzas, abuso, lujuria, abuso de drogas, daños a sà mismos, y muchos más.
Yo estimo que muchas de estas personas son personas ordinarias. Ha de haber algunos aunque no leà de ninguno que estuviera involucrado en actividad criminal. Algunas de estas personas tienen puestos de responsabilidad; algunos están en posiciones de liderazgo—incluyendo uno o dos pastores. La realidad es que todos batallamos con nuestros pecados, y cuando lo hacemos, nos sentimos culpables. Aun si reprimimos las culpas de nuestras conciencias, ellas nos molestarán de una forma u otra.
Como lo dicen los psicólogos, estamos tan enfermos como nuestros secretos.
Cada uno de nosotros necesita un lugar seguro donde confesar nuestros pecados y nuestras fallas y donde podamos ser perdonados por completo. Como lo dijo el Rey David al confesar su pecado con Betsabé, “Finalmente mi pecado te declaré y no encubrà mi iniquidad. Dije: confesaré mis transgresiones a Dios; Y tu perdonaste la maldad de mi pecado.â€2
Se sugiere la siguiente oración: “Querido Dios, gracias porque cuando admita y te confiese mis pecados, tú me perdonaras completamente y me liberaras de mis culpas. Ayúdame a no pecar, pero cuando y si lo haga dame el valor de confesar lo que he hecho a alguien de confianza, un pastor, un sacerdote, un consejero y a ti. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Te agradezco. De todo corazón en el nombre de Jesús, Amén.â€
1. 1 Juan 1:9 (NVI).
2. Proverbios 28:13.
<:))))><
|
|